El sábado pasado mientras estaba en la Iglesia (sí, voy a la Iglesia para conectar con la espiritualidad y poder lidiar por los mil morones que me encuentro a diario), seguimos, pues una niña se me acerca y me enseña un muñeco/peluche/llavero que era como un monstruito. Honestamente, me dio miedo.
No pensé mucho en el peluche ese, hasta que esta semana una compañera periodista me manda un mensaje por WhatsApp que decía: “pienso debes hacer una nota de qué es un labubu”.
A lo que yo respondí: “qué es eso?”. Cabe destacar que yo me considero Gen Z, pero esta compañera me gana en tendencias, redes sociales, y el estar al tanto de lo nuevo del consumerismo boricua.
“En Plaza vi a 50 yales con ellos en las carteras”, escribió mi compañera.
Al ver ese mensaje se despertó la curiosidad periodística que vive en mi y pensé: ‘Definitivamente, tengo que buscar qué caramba es y si es el nuevo brito de las yales’.
Luego de ver varios videos en redes sociales y hasta, incluso, buscar un artículo en el medio estadounidense “Today”, caí en cuenta que el monstruito que me había enseñado la niña en la Iglesia era un LABUBU.
¿Qué son los Labubu?
Según el artículo que les mencioné de “Today”, los Labubu son unos peluches que sirven como llaveros que se originaron en Hong Kong.
Son descritos como criaturas maliciosas, pero se ven ‘cute’ con sus sonrisas, exterior suave, y ojos grandes.
Los Labubus son coleccionables, y como los “Sonny Angels” (no voy a entrar en esto, pero son angelitos pequeños que se coleccionan y se pueden pegar de cualquier superficie) no sabes cuál te va a tocar cuando compres unas bolsitas.
El misterio y afán de todo esto es que cuando compras una bolsa de Labubu no sabes cuál es el muñequito que te va a salir.
Los Labubu se pueden conseguir en internet (aunque están ‘sold-out) o en los kioskos de mucha chuchería en Plaza Las Américas, según me informaron.
Pero los condena’os son costosos, un Labubu te puede salir en más de $25 sin contar el ivu que siempre chava el presupuesto.
Muchas personas optan por llevarlos guindados de sus carteras o bultos.
Y si luego de leer esta nota no estás convencido de que los Labubus son el nuevo accesorio para gastar los chavos, dejenme contarles que esta mañana mientras veía Facebook buscando contenido me topé con un ‘post’ de Pamela Noa.
En la publicación, Pamela hablaba sobre sus bendiciones de trabajos y le agradeció a Dios por las oportunidades, pero lo que capturó mi atención fue que en la foto en la esquina baja, guindando de su cartera había un LABUBU solidificando que ya esta cosa llegó al mercado boricua.
En fin, los Labubus son los accesorios nuevos en tendencias que quedarán en el olvido a finales del verano.