El juez federal Arun Subramanian amenazó con expulsar de la sal del tribunal a Sean “Diddy” Combs, quien es juzgado por cargos de tráfico sexual y asociación ilícita.
El magistrado calificó de “absolutamente inaceptable” que Combs intentara interactuar con el jurado mediante gestos faciales, como asentir con la cabeza y establecer contacto visual durante los testimonios. Subramanian advirtió que, de repetirse esta conducta, podría ordenar la exclusión de Combs de la sala del tribunal.
“Fui muy claro en que no debía haber expresiones faciales hacia el jurado, y no podría haber sido más claro”, dijo Subramanian, y agregó que “hubo una línea de preguntas en la que su cliente asentía vigorosamente y miraba al jurado”.
“No debe haber ningún intento de interactuar con este jurado”, añadió.
Subramanian le preguntó al abogado defensor Marc Agnifilo si esto volvería a suceder.
“No, su señoría, no volverá a suceder”, respondió Agnifilo.
El incidente ocurrió durante la cuarta semana del juicio, mientras testificaba Bryana “Bana” Bongolan, amiga de la exnovia de Combs, Cassie Ventura. Bongolan relató un episodio en 2016 en el que Combs supuestamente la colgó del balcón de un piso 17 en Los Ángeles. La defensa cuestionó su credibilidad, señalando inconsistencias en su testimonio.
Además, una testigo identificada como “Jane” testificó sobre una relación abusiva con Combs entre 2021 y 2024, en la que fue obligada a participar en actos sexuales no consensuados y sufrió agresiones físicas.
Combs, de 55 años, enfrenta cargos federales por conspiración de asociación ilícita, tráfico sexual mediante fuerza, fraude o coerción, y transporte con fines de prostitución. Si es declarado culpable, podría enfrentar una condena de 15 años a cadena perpetua.
El juicio, que ha incluido testimonios de más de 16 testigos, entre ellos la cantante Cassie Ventura y el rapero Kid Cudi, se espera que se extienda hasta julio. La fiscalía planea concluir su presentación la próxima semana, mientras que la defensa anticipa una exposición más prolongada.
Este caso ha captado la atención pública debido a la gravedad de las acusaciones y al perfil del acusado, marcando un momento significativo en la lucha contra el abuso en la industria del entretenimiento.
