Regresamos nuevamente con el tema que les encantó tanto que nos hicieron hasta meme.
Pero, no me importa porque aquí se escribe sin piedad, sin permiso, y sin importar a quién le incomode. Total, vengo con una información importante para el consumidor boricua de chucherías.
La chuchería más reciente en el mercado ya establecimos que son los famosos Labubus, pero mientras más me adentro en este mundo, más aprendo que ya hay en el mercado sus copias baratas: los Lafufus.
Consultado nuevamente con mi compañera periodista Gen Z, quien también ha sido víctima de Lafufus, la copia “barata” de los Labubus cogen a cualquiera de zángano. Incluso, hasta Adamari López y Pamela Noa llegaron a ser víctimas de este contrabando.
¿Cómo diferenciar entre un Labubu y un Lafufu?
Luego de ver por todas partes videos de Lafufu, consultar con mi compañera Gen Z, y hasta entrar a la página oficial de Labubu, aquí unos puntos claves para identificar:
- Calidad: Los Lafufus tienden a tener algo raro, me explico, algo mal en la costura, los ojos pintados diferentes, las orejas más pequeñas, y el color de piel más pálido.
- Empaque: Según la página oficial de Labubu, el empaque de un Labubu cuenta con diseños de la marca y un código QR que se puede escanear, mientras que los empaques de los Lafufu son más finitos.
- Detalles: Los Labubus cuentan con una marca en la parte de abajo de sus pies, mientras que los Lafufus no tienen ese detalle.
- Precio: Un Labubu puede rondar entre los $30 hasta $50, usualmente, los Lafufus son mucho más económicos, aunque muchos revendedores caen en la trampa y no saben identificar bien un Labubu de un Lafufu.
La gente de Labubu considera a los Lafufus como los primos lejanos, pero reconocen que se están convirtiendo en una parte esencial de su mundo.
Lamentablemente, muchas de estas tienditas de por ahí no saben la diferencia y te venden un Lafufu como Labubu. Para que no te cojan de zángano tienes que abrir el paquete o preguntarles de dónde lo mandaron a pedir.
