Residente, rapero y activista puertorriqueño, anunció su retiro de dos festivales en España —el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) y el Morriña Festival— al enterarse de que ambos estarían vinculados con el fondo de inversión estadounidense KKR, el cual, según el artista, financia tecnología militar y proyectos inmobiliarios en asentamientos ilegales en Palestina.
Desde su cuenta de Instagram, el músico compartió un mensaje grabado en video en el que explica los motivos de su decisión. Con un tono firme pero reflexivo, dejó claro que no podía formar parte de “algo que esté relacionado con esta tragedia, aunque sea de la manera más mínima”.
“Mi posición siempre ha sido clara en torno a este tema, siempre ha sido así y siempre lo será”, dijo Residente en el mensaje.
Un mensaje con fondo político y ético
El exlíder de Calle 13 explicó que la decisión fue tomada tras consultar con periodistas e investigadores locales, ya que ni él ni su equipo —al no residir en España— estaban al tanto de los vínculos financieros detrás de los festivales.
El fondo KKR (Kohlberg Kravis Roberts), de acuerdo con diversas investigaciones periodísticas y organizaciones propalestinas, ha sido señalado por sus inversiones en empresas tecnológicas israelíes que desarrollan sistemas de vigilancia, así como en inmobiliarias que operan en asentamientos ilegales en territorios ocupados, considerados violatorios del derecho internacional.
Disculpas al público
Residente, quien actualmente se encuentra de gira y escribiendo un nuevo guion, ofreció disculpas al público que ya había comprado entradas para sus presentaciones, reconociendo que esta decisión podría traerle repercusiones legales:
“No sé si esto me traerá consecuencias legales, pero honestamente no me importa. Que viva Palestina libre”, concluyó.
La coherencia de un discurso incómodo
Esta decisión se enmarca en la postura política que el artista ha mantenido desde hace años, caracterizada por una crítica frontal a los abusos de poder, la violencia institucional y el colonialismo. Su defensa del pueblo palestino ha sido constante, tanto en entrevistas como en sus letras y documentales.
Más allá del impacto musical, la cancelación de Residente en estos festivales reabre el debate sobre la responsabilidad ética de los artistas en los circuitos comerciales, así como la creciente presión sobre figuras públicas para posicionarse frente a conflictos internacionales.