Mientras el resto del mundo ajusta sus inteligencias artificiales para sonar neutrales, Elon Musk decidió ir en la dirección contraria: quiere que Grok —la IA de su plataforma X— se convierta en un modelo más independiente y provocador, sin pelos en el código.
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Menos filtros, más criterio
Grok es una de las IA más activas en X (la red antes conocida como Twitter). Es habitual encontrarla respondiendo a preguntas de todo tipo en hilos virales, a veces de forma útil, otras veces simplemente entretenida. Pero Elon Musk no está del todo satisfecho con su creación.
Según anunció, Grok recibirá una actualización para ser aún más “políticamente incorrecta”, con más libertad para analizar las fuentes y menos obediencia a los grandes medios de comunicación.
La nueva directiva le da al modelo la capacidad de identificar sesgos en las noticias, comparar versiones y llegar a sus propias conclusiones. En otras palabras, la IA ya no solo responderá… también juzgará.
Una IA sin miedo a meterse en líos
Según las nuevas instrucciones, Grok ya no tendrá que evitar temas espinosos si las afirmaciones están bien fundamentadas.
De hecho, ya se han visto respuestas que contradicen el discurso habitual en X, incluyendo críticas a decisiones tomadas por la administración Trump, como recortes presupuestarios que —según Grok— habrían contribuido a muertes en inundaciones recientes en Texas.
También ha causado revuelo con afirmaciones polémicas sobre Hollywood y su representación en pantalla, tocando temas como estereotipos, diversidad forzada y reescrituras históricas. Esto ha encendido debates técnicos, éticos y culturales entre usuarios y expertos.
¿Grok se volvió ideológico?
Entre el entusiasmo y la polémica, hay quienes se preguntan si esta nueva versión de Grok no está siendo moldeada para alinear sus respuestas con ciertos discursos. En los comentarios de X, varios usuarios ya especulan con la posibilidad de que la IA esté siendo entrenada con sesgos más definidos.
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Por ahora, Musk parece decidido a romper con la tradición de IA políticamente moderadas. Y si Grok se convierte en un modelo más irreverente y autónomo, lo hará con el sello Musk: impredecible, polémico y dispuesto a romper las reglas.
