La razón por la que tu Wi-Fi va lento todo el día, se corta a cada rato o simplemente no alcanza la velocidad prometida, podría estar en tu propia casa y ser causada por dos inocentes electrodomésticos que, probablemente, tienes muy cerca de tu router. Prepárate para descubrir cómo estos aparatos están saboteando tu conexión y, lo más importante, cómo puedes salvar tu velocidad con un simple cambio de ubicación.
El enemigo invisible: Interferencias que matan tu señal Wi-Fi
El Wi-Fi funciona enviando y recibiendo señales de radio en ciertas frecuencias. Estas ondas son invisibles, pero increíblemente sensibles a las interferencias. Cuando tu router está cerca de otros dispositivos que emiten ondas electromagnéticas o que utilizan frecuencias similares, la señal Wi-Fi se ve distorsionada, debilitada o incluso bloqueada. Es como intentar escuchar una conversación en medio de un concierto de rock: el ruido de fondo simplemente ahoga el mensaje.
Como bien lo detalla Infobae, el problema no es solo la “presencia” de estos aparatos, sino la calidad y potencia de las ondas que emiten. Algunos electrodomésticos generan un “ruido” electromagnético que es especialmente perjudicial para la banda de frecuencia de 2.4 GHz, que es la más común en muchos routers y dispositivos antiguos. Entender esto es el primer paso para diagnosticar por qué tu internet se siente más como una conexión de los años 90 que una banda ancha moderna.
Los saboteadores silenciosos: Microondas y teléfonos inalámbricos
Los dos aparatos que son los principales culpables de estas interferencias son el horno microondas y los teléfonos inalámbricos (inalámbricos, no celulares). Aunque ambos son herramientas útiles en el hogar, su funcionamiento puede ser un verdadero dolor de cabeza para tu señal Wi-Fi.
El horno microondas funciona emitiendo microondas a una frecuencia de aproximadamente 2.45 GHz, que es peligrosamente cercana a la banda de 2.4 GHz que utilizan la mayoría de los routers Wi-Fi. Cada vez que calientas tu comida, el microondas crea una burbuja de interferencia electromagnética que puede opacar o incluso anular la señal de tu Wi-Fi si el router está demasiado cerca. Es una lucha de ondas en tu propia cocina. Por su parte, los teléfonos inalámbricos (los fijos que usan base y teléfono sin cable) que operan en la frecuencia de 2.4 GHz también pueden generar una interferencia constante, especialmente cuando están en uso. La señal que emiten para comunicarse con su base puede chocar directamente con la señal de tu Wi-Fi, degradando la calidad de la conexión para todos tus dispositivos.
La solución más simple: Reubicación estratégica
La buena noticia es que la solución a este problema es increíblemente sencilla y no te costará ni un peso: la reubicación. Simplemente, asegúrate de que tu router Wi-Fi esté lo más lejos posible de tu horno microondas y de la base de cualquier teléfono inalámbrico. Lo ideal es que no compartan la misma encimera de cocina, y si es posible, que estén en habitaciones diferentes.
Además, recuerda otros consejos básicos para optimizar tu Wi-Fi: coloca el router en un lugar central de tu hogar, elevado, y lejos de paredes gruesas o grandes objetos metálicos. Un pequeño ajuste en la ubicación de tus electrodomésticos puede marcar una diferencia abismal en la velocidad y estabilidad de tu internet, transformando tu experiencia digital de la frustración a la fluidez.
¿Sabías que estos aparatos podían afectar tu Wi-Fi? ¿Qué tan cerca están tu router y tu microondas en este momento?