Un estudio científico realizado por el Instituto Fraunhofer de Física de la Construcción, ubicado en Alemania, comprobó cuál era la bebida ideal para tomar en vuelos largos, debido a la alteración que sufren las papilas gustativas durante el viaje.
El investigador Andrea Burdack-Freitag detalló que “la baja presión alterada en la cabina de pasajeros durante un vuelo cambia la saturación de oxígeno en la sangre”, lo que da como resultado que algunos de los receptores olfativos y gustativos se vuelvan menos eficientes durante un vuelo.
De acuerdo a lo planteado por el experto, el sabor que percibimos de las bebidas y alimentos durante un vuelo de larga duración, es parecido a cuando tenemos un resfriado.
Por ese motivo, algunas comidas requieren de más sal y azúcar en su preparación, no obstante, las bebidas que suelen venir selladas no se les puede modificar el sabor.
Todos los sabores salados, dulces y cítricos no se percibirán de la misma manera durante un vuelo de larga duración, en cambio, los sabores amargos, ácidos y terrosos permanecen relativamente iguales.
El sabor dulce del ginger ale no se apreciará durante un vuelo y se percibirá más seco, no obstante, las bebidas carbonatadas de ginger ale que tienen un toque de jengibre ayudan a calmar los mareos y los malestares estomacales que pueden ser provocados por las turbulencias.
“Puede ayudar con el malestar estomacal y las náuseas cuando se toma en pequeños sorbos”, aseguró el doctor Rudolph Bedford, gastroenterólogo del Centro de Salud Providence Saint John, aunque lamentablemente hará que eructes y te eche muchos gases, pero será el precio a pagar por el alivio estomacal.