NUEVA YORK (AP) — El miércoles se cumplen 10 años desde que la muerte de Eric Garner a manos de policías de Ciudad de Nueva York convirtiera la frase “No puedo respirar” en un grito de guerra.
En un video tomado por un transeúnte se muestra a Garner jadeando la frase mientras es sometido por la policía con una llave de estrangulamiento; el video también impulsó las protestas del movimiento Black Lives Matter en Nueva York y en todo el país. Semanas después se produjeron más manifestaciones, cuando Michael Brown, un joven negro 18 años, murió por los disparos de un policía en Ferguson, Missouri, el 9 de agosto de 2014.
Seis años después, George Floyd fue grabado pronunciando exactamente las mismas palabras, rogando que lo dejaran respirar mientras un policía blanco de Minneapolis le apretaba el cuello con la rodilla, provocando su muerte y desatando una nueva ola de protestas multitudinarias.
El miércoles, Gwen Carr, la madre de Garner, recordó a su hijo, señalando que, desde entonces, ha aumentado el uso de cámaras de video por parte de la policía y se han producido cambios en las leyes estatales. El oficial Daniel Pantaleo, quien sometió a Garner, fue despedido en 2019.
“Sabemos que la policía tiene un trabajo difícil, pero cuando hay un delito, cuando tenemos esos malos elementos en el departamento de policía, tenemos que librarnos de ellos porque no queremos ver a otro ciudadano inocente lastimado, ya saben, por la policía o por la violencia provocada por las armas de fuego”, dijo Carr al inicio de una marcha hacia Staten Island, el distrito donde murió su hijo.
Una década después de la muerte de su hijo, ella recuerda cuánto amaba él la Navidad, y dijo que ha tenido días en los que no tiene fuerzas para levantarse de la cama.
Garner murió el 17 de julio de 2014, después de una confrontación con Pantaleo y otros policías que sospechaban que vendía cigarrillos sueltos no tasados en las calles.
En un video se ve a Pantaleo, que es un hombre blanco, rodeando con un brazo el cuello de Garner, que era negro, mientras luchaban y caían en la acera. “No puedo respirar”, jadeó Garner varias veces, antes de perder la conciencia. Fue declarado muerto en un hospital.
Las autoridades de Nueva York determinaron que Pantaleo utilizó una llave de estrangulamiento prohibida por el Departamento de Policía de Nueva York en la década de 1990, y la oficina del examinador médico de la ciudad determinó que la muerte de Garner había sido un homicidio, pero ni la fiscalía federal ni la estatal presentaron cargos contra Pantaleo ni contra los demás oficiales que estuvieron presentes.