PARÍS (AP) — Simone Biles abandonó el piso por un rato y reveló que padece una molestia en el pie izquierdo, pero la estrella estadounidense de la gimnasia artística prosiguió el domingo con su empeño por volver la cúspide olímpica.
El traje plateado de Biles lanzó destellos por toda la Arena Bercy con cada salto acrobático. Surcando el aire como polvo de estrellas, la gimnasta más laureada en la historia del deporte demostró el domingo en su presentación parisina que, a sus 27 años de edad, no ha perdido un solo paso.
Ni siquiera una molestia en la pantorrilla izquierda pudo detenerla.
Biles inició su jornada en la viga. Fue ahí mismo que resintió una molestia que la sacó de la pista unos minutos, a su regreso para la rutina de piso —a ritmo de Taylor Swift— Biles titubeó brevemente. Y sin embargo, igualmente dominó. Salió acompañado por Marcia Faustin, la doctora del equipo nacional, pero regresó poco después y pasó varios minutos sentada para observar a sus compañeros.
Las tarjetas de los jueces la enviaron a la final con 14.600.
Se pudo escuchar a Biles diciendo ante las cámaras que había sentido algo en la pantorrilla y compitió con la pierna vendada. Salió de la pista con cautela para sentarse a un costado por un momento, recibiendo un abrazo del entrenador Laurent Landi.
Ganadora de cuatro oros olímpicos y 30 medallas en campeonatos del mundo, Biles maravilló a público, jueces y celebridades como Tom Cruise y Anna Wintour, Ariana Grande, Jessica Chastain, John Legend y Snoop Dogg.
A pesar de su contratiempo físico, la presentación de Biles en los Juegos Olímpicos de 2024 dista mucho de su actuación de hace tres años en la justa de Tokio, donde problemas de ansiedad y salud mental la obligaron a retirarse de la mayoría de las pruebas. Pese a ello, le alcanzó para colgarse un bronce en la viga de equilibrio, su séptima presea olímpica.