Sunday, November 24, 2024
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El calor pone a prueba los límites de la supervivencia humana. Así es como mata

Philip Kreycik debería haber sobrevivido a su carrera. En el verano de 2021, este corredor de ultramaratones de 37 años utilizó una aplicación para trazar un circuito de unos 13 kilómetros por el Parque Regional de Pleasanton Ridge, en California, un enorme tramo de parque repleto de senderos.

La mañana del 10 de julio, cuando las temperaturas se acercaban a los 30 °C, Kreycik salió de su auto dejando el teléfono y el agua dentro. Comenzó a un ritmo vertiginoso, devorando los primeros 8 km en menos de seis minutos. Entonces las cosas empezaron a ir mal. Los datos del GPS de su reloj inteligente mostraban que había disminuido drásticamente la velocidad. Se desvió del camino. Sus pasos se volvieron erráticos. Para entonces, la temperatura superaba los 37,7 °C (100 °F). informo CNN.

Alerta a la policía

En cuanto Kreycik no apareció para una comida familiar, su mujer se puso en contacto con la policía.

Tardaron más de tres semanas en encontrar su cuerpo. La autopsia no mostró signos de lesiones traumáticas. La policía confirmó que Kreycik probablemente sufrió una urgencia médica relacionada con el calor.

Desgraciadamente, la tragedia no es única: el calor extremo está convirtiendo las actividades cotidianas en letales.

El calor y las muertes letales

Han muerto personas paseando bajo el sol del mediodía, en una excursión familiar por un parque nacional, en un concierto al aire libre de Taylor Swift e incluso sofocados en sus casas sin aire acondicionado. Durante la peregrinación del Hajj de este año, en junio, unas 1.300 personas perecieron cuando las temperaturas superaron los 48,8 °C (120 °F) en La Meca.

El calor es el tipo de clima extremo más letal, y la crisis climática provocada por el ser humano está haciendo que las olas de calor sean más graves y prolongadas. Si a esto añadimos la humedad, en algunos lugares las condiciones se acercan al límite de la capacidad de supervivencia humana, el punto en el que nuestros cuerpos simplemente no pueden adaptarse.

“Hemos convertido el verano en un arma”, afirma Matthew Huber, profesor de Clima de la Universidad de Purdue.

Dentro de una cámara de calor

Kreycik lo tenía casi todo a su favor cuando salió a correr aquel caluroso día: estaba muy en forma, era relativamente joven y era un corredor experimentado.

Aunque algunas personas son más vulnerables al calor que otras, incluidos los ancianos y los jóvenes, nadie es inmune, ni siquiera los mejores atletas del mundo. Muchos expresan su ansiedad ante la previsión de que las temperaturas superen los 35 °C (95 °F) esta semana en París, con motivo del inicio de los Juegos Olímpicos.

Los científicos siguen tratando de desentrañar las múltiples formas en que el calor ataca al organismo. Una forma de hacerlo es con cámaras ambientales: salas en las que pueden probar la respuesta humana a un enorme rango de temperatura y humedad.

¿Cómo afecta el calor a la piel?

Millones de glándulas sudoríparas de todo el cuerpo expulsan sudor sobre la piel. Al evaporarse, transfiere calor al aire, lo que te refresca. Sin embargo, cuando hace demasiado calor y hay demasiada humedad, todo el proceso se descontrola.

Sudar demasiado puede deshidratarte, y tu cuerpo no siempre da la alarma cuando necesita beber más. Para cuando sientas sed, puede que sea demasiado tarde: puedes estar perdiendo líquidos más rápido de lo que puedes reponerlos.

El calor muy húmedo puede anular los beneficios de la sudoración. Cuando hay mucha humedad en el aire, el sudor se evapora mucho más despacio, o no se evapora en absoluto. En cambio, se acumula y gotea. Privado de su principal mecanismo de refrigeración, la temperatura corporal aumenta.

¿Cómo afecta el calor al corazón?

El corazón y los vasos sanguíneos son “normalmente los primeros en entrar en acción” para regular la temperatura corporal, explica la Dra. Catharina Giudice, médica de urgencias y especialista en Clima de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.

En condiciones de calor extremo, el corazón debe trabajar mucho más para mantener estable la temperatura interna del cuerpo. Tiene que empujar la sangre rápidamente hacia la piel, donde puede liberar calor.

La pérdida de líquidos reduce el volumen sanguíneo, lo que obliga al corazón a bombear con más fuerza para mantener la tensión arterial. Puede dar la sensación de que “se te sale del pecho”, explica Bailey.

¿Cómo afecta el calor al cerebro?

El hipotálamo, una pequeña región del cerebro en forma de diamante, organiza la respuesta de enfriamiento del cuerpo. Provoca la sudoración y dirige el flujo sanguíneo, todo ello para mantener la temperatura central en torno a los 38 °C (98,6 °F).

Pero si hace demasiado calor, la orquesta se viene abajo.

El flujo sanguíneo al cerebro disminuye con el calor extremo, ya que la respiración se acelera y los vasos sanguíneos se contraen dentro del cuello y el cráneo. Esto priva al cerebro del oxígeno y la glucosa que necesita, lo que puede afectar a las capacidades cognitivas, empeorar la salud mental y llevar a la toma de decisiones arriesgadas o equivocadas.

“Si no estás adaptado al calor, tu cerebro se estropea muy deprisa, tomas malas decisiones y te metes en un lío”, afirma el Dr. Pope Moseley, médico e investigador de ciencias biomédicas de la Universidad Estatal de Arizona.

El calor extremo desgarra las defensas del cuerpo, pasando rápidamente de un momento incómodo a uno letal cuando la sensación de pesadez de un día caluroso y pegajoso se convierte en algo más malévolo.

Suele empezar con síntomas como náuseas, dolores de cabeza, calambres musculares e incluso desmayos. Todos ellos son signos de agotamiento por calor: el cuerpo está deshidratado y empieza a perder la capacidad de enfriarse. A partir de ahí, las cosas pueden ir en espiral.

El golpe de calor se produce cuando el cuerpo no puede utilizar sus trucos habituales para enfriarse, como sudar y aumentar el flujo sanguíneo a la piel, lo que provoca un aumento catastrófico de la temperatura central. Una vez que la temperatura interna del cuerpo empieza a subir por encima de los 40 °C (104 °F), lo que puede ocurrir en un plazo de 10 a 20 minutos de exposición, “te estás acercando a la muerte, y te puede sorprender muy, muy rápidamente”, dice Bailey.

Puedes desorientarte y perder el conocimiento. Los órganos principales empiezan a pararse. Las barreras que separan el intestino del resto pueden volverse más porosas y filtrar toxinas mortales al torrente sanguíneo. Finalmente, el corazón falla.



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