El gobernador de Puerto Rico, Pedro Urrutia Pierluisi, informó este domingo que decretó tres días de duelo por el fallecimiento del golfista puertorriqueño, Juan Antonio “Chi Chi” Rodríguez, por lo que las banderas de todas las dependencias gubernamentales deberán permanecer a media asta desde el lunes, 12 hasta el miércoles, 14 de agosto, honrando así su memoria.
“Chi Chi fue un destacado deportista que puso el nombre de Puerto Rico en alto en múltiples ocasiones por sus destacadas ejecutorias en el golf. Además de ser exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño, también pertenece al exclusivo grupo de golfistas que son reconocidos en el Salón de la Fama del Golf Mundial. Con una trayectoria deportiva intachable, Chi Chi también se destacó como filántropo por su aportación a distintas causas benéficas. Puerto Rico pierde una leyenda, pero su legado permanecerá para futuras generaciones. Me uno a la pena que embarga a su familia y amigos, confiando en que Dios les dé la fortaleza para afrontar su pérdida”, sostuvo el primer ejecutivo mediante declaraciones escritas.
El hombre murió el pasado jueves a sus 88 años, en circunstancias que aún se encuentran desconocidas.
Juan Antonio Rodríguez, su nombre de pila, fue el segundo de seis hermanos. Nació Río Piedras, Puerto Rico y de niño ayudó a su padre a cosechar los campos de azúcar de caña. La zona hoy en día es parte de la zona urbana de San Juan, capital de la Isla.
Rodríguez aseguró que aprendió a jugar golf tirando latas con palo de árbol de guayabas antes de trabajar como caddie.
Hizo su servicio en el Ejército de los Estados Unidos entre 1955 y 1957 y se unió a la Gira de la PGA en 1960 ganando ocho torneos en una larga carrera de 21 años. Además fue parte del equipo de la Copa Ryder.
Su primera victoria fue en 1963 en el Abierto de Denver hasta su último triunfo en el Abierto de Tallahassee en 1979.
Pero fue más conocido por sus jugarretas en el fairways, que incluyeron mover su palo de golf como espada, que se conocía como “su rutina de matador” o festejar con un baile estilo salsa tras un birdie.
En 1998 fue hospitalizado con dolor de pecho y renuentemente visitó un doctor, que confirmó que sufrió un infarto.
Tras su recuperación regresó a competir un par de años, pero poco a poco participó menos hasta que terminó dedicándose más a sus actividades de caridad y con su comunidad.
En los últimos años pasó más tiempo en Puerto Rico.
Le sobrevive su esposa de más de 60 años, Iwalani. Así como la hija de su esposa, Donnette.