Una empleada clave de la empresa propietaria del sumergible experimental que implosionó camino de los restos del Titanic rechazó la sugerencia incluida en la pregunta de un investigador de la Guardia Costera sobre si OceanGate se sentía “desesperada” por completar las inmersiones debido a su elevado precio.
Amber Bay, directora de administración de la empresa propietaria del malogrado sumergible Titan, insistió el martes en que la empresa no “realizaría inmersiones arriesgadas sólo para satisfacer una necesidad”.
Pero estuvo de acuerdo en que la empresa quería cumplir para los que pagaron 250.000 dólares y fueron animados a participar como “especialistas de misión”.
“Definitivamente, había urgencia por cumplir lo que habíamos ofrecido y dedicación y perseverancia hacia ese objetivo”, declaró ante un grupo de guardacostas.
El cofundador de OceanGate, Stockton Rush, fue una de las cinco personas que murieron cuando el sumergible implosionó en junio de 2023.
La Guardia Costera abrió a principios de este mes una audiencia pública que forma parte de una investigación de alto nivel sobre la causa de la implosión. Algunos de los testimonios se han enfocado en la naturaleza problemática de la empresa.
El martes, Bay rebatió el testimonio anterior de Antonella Wilby, una excontratista de OceanGate que afirmó que Bay le había dicho “no pareces tener actitud de exploradora” después de que ella planteara problemas de seguridad. Bay afirmó que se tomó nota de las preocupaciones de Wilby y que se trataron con respeto. Bay añadió que sus propias funciones no incluían la ingeniería ni las operaciones.
Más tarde rompió a llorar al hablar de la tragedia, que fue personal porque conocía a las víctimas.
“Tuve el privilegio de conocer las vidas de los exploradores que se perdieron”, dijo Bay entre lágrimas. “Y no hay día que pase en que no piense en ellos, en sus familias y en la pérdida”.