BEIRUT (AP) — El ejército israelí dijo que atacó el viernes el cuartel general de Hezbollah en Beirut en una serie de enormes explosiones dirigidas al líder del grupo político-paramilitar, las cuales destruyeron varios edificios residenciales.
Al menos seis personas murieron y 91 resultaron heridas, informó el Ministerio de Salud libanés. Se trata de la mayor explosión que ha sacudido la capital libanesa en el último año y parece probable que acerque la escalada del conflicto a una guerra total.
El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, fue el blanco de los ataques a la sede del grupo, según dos personas al tanto del asunto que solicitaron hablar bajo condición de anonimato, incluido un funcionario estadounidense. El ejército israelí rechazó comentar acerca de a quién estaba atacando. Hasta el momento se desconoce si Nasrallah se encontraba en el lugar, y Hezbollah no emitió comentarios sobre el reporte.
Es probable que el número de muertos aumente significativamente, ya que equipos de rescate aún escudriñan los escombros de seis edificios. Israel lanzó una serie de ataques contra otras áreas de los suburbios del sur tras el estallido inicial.
Luego de los ataques, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió abruptamente una visita a Estados Unidos para regresar a su país. Horas antes, se pronunció ante la ONU y prometió que continuará la campaña israelí contra Hezbollah —la cual se ha intensificado en las dos últimas semanas—, lo que reduce aún más las esperanzas de un cese del fuego respaldado internacionalmente.
La noticia de las explosiones llegó mientras Netanyahu informaba a los periodistas tras su discurso ante la ONU. Un asistente militar le susurró al oído, y Netanyahu rápidamente dio por terminada la reunión.
El vocero del ejército israelí, el contraalmirante Daniel Hagari, dijo que los ataques iban dirigidos contra el cuartel general de Hezbollah, ubicado bajo edificios residenciales.
La serie de explosiones ocurridas al anochecer redujeron a escombros seis torres de apartamentos en Haret Hreik, un distrito densamente poblado y predominantemente chií de los suburbios de Dahiyeh en Beirut, según la agencia nacional de noticias libanesa. Una columna de humo negro y naranja se elevó hacia el cielo mientras las ventanas se sacudían y las casas se tambaleaban a unos 30 kilómetros (20 millas) al norte de Beirut.
Las imágenes mostraban a los equipos de rescate trepando por grandes losas de hormigón, rodeados de enormes pilas de metal retorcido y escombros. Se observaban varios cráteres, y un vehículo había caído en uno de ellos. Fue posible ver a un grupo de residentes huyendo con sus pertenencias por una avenida principal que salía del distrito.
Israel no efectuó comentarios de momento sobre qué tipo de bomba ni cuántas utilizó, pero la explosión resultante arrasó una zona más grande que una cuadra. El ejército israelí cuenta en su arsenal con bombas teledirigidas “Bunker Buster” de 907 kilos (2.000 libras), de fabricación estadounidense, diseñadas específicamente para alcanzar objetivos subterráneos.
Richard Weir, investigador sobre crisis y armas de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, dijo que las explosiones correspondían a ese tipo de bomba.
La fuerza aérea de Israel llevó a cabo una nueva serie de ataques a primera hora del sábado, poco después de que un vocero militar israelí advirtiera a los residentes de tres edificios que debían evacuar, aduciendo que estaban siendo utilizados por Hezbollah.
Las fuerzas militares israelíes anunciaron ataques adicionales en Bewwa, en el este del Líbano, y en Tyre, en el sur de la nación.
A un nivel que no se había visto en conflictos pasados, Israel pasó la semana tratando de eliminar a la cúpula de Hezbollah. Pero un intento de asesinar a Nasrallah —ya sea que resulte exitoso o no— representaría una escalada importante. El Pentágono dijo que Estados Unidos no recibió un aviso previo de los ataques.
Nasrallah se ha escondido durante años y muy rara vez aparece en público. Suele pronunciar discursos, pero siempre por video desde ubicaciones no divulgadas.
El sitio impactado el viernes por la noche no era conocido públicamente como la sede principal de Hezbollah, aunque está ubicado en el “cuartel de seguridad” del grupo, una parte sumamente vigilada de Haret Hreik, donde el grupo tiene oficinas y opera varios hospitales.
Cuatro horas después del ataque, Hezbollah aún no había emitido ninguna declaración al respecto. En su lugar, anunció que había lanzado una salva de cohetes contra la ciudad israelí de Safed, “en defensa del Líbano y su pueblo, y en respuesta a la bárbara violación israelí de ciudades, pueblos y civiles”.
El ejército israelí dijo que una casa y un automóvil en Safed fueron alcanzados, y los funcionarios dijeron que una mujer de 68 años sufrió heridas leves de metralla.
Israel intensificó drásticamente sus ataques aéreos en Líbano esta semana, afirmando que está decidido a poner fin a más de 11 meses de ataques de Hezbollah contra su territorio. La escalada de la campaña ha causado la muerte de más de 720 personas en Líbano, entre ellas decenas de mujeres y niños, según las estadísticas del Ministerio de Salud. Un ataque antes del amanecer del viernes en la ciudad fronteriza de Chebaa, de mayoría suní, mató a nueve miembros de una misma familia, según la agencia de noticias estatal.
Según Naciones Unidas, los combates han desplazado a 211.000 personas, 85.000 de las cuales se encuentran ahora en escuelas públicas y otros refugios. Los ataques aéreos han obligado a cerrar 20 centros de atención primaria e interrumpido el acceso al agua potable de casi 300.000 personas.
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Los periodistas de The Associated Press Tia Goldenberg en Naciones Unidas, Abby Sewell en Beirut, Aamer Madhani en Rehoboth Beach, Delaware, y Zeina Karam en Londres contribuyeron a este despacho.