MUNICIPIO DE REDFORD, Michigan, EE.UU. (AP) — Era el lugar perfecto para recibir el respaldo del sindicato nacional de bomberos: una estación de bomberos nueva y reluciente en una localidad de clase trabajadora a las afueras de Detroit en el estado clave de Michigan.
Pero para cuando Kamala Harris se presentó el viernes en el municipio de Redford, no había ningún respaldo aguardándola.
Por un estrecho margen, la Asociación Internacional de Bomberos se negó a respaldar a cualquier candidato, un recordatorio de las dificultades de la candidata demócrata para asegurarse el mismo apoyo de los sindicatos que el presidente Joe Biden obtuvo hace cuatro años. El sindicato Teamsters también se negó a respaldar a Harris el mes pasado.
No obstante, Harris sigue ganando más apoyos de los que pierde. Sindicatos nacionales de profesores, de la construcción, la AFL-CIO y el United Auto Workers respaldaron a la vicepresidenta poco después de que Biden pusiera fin a su campaña por un segundo mandato. Y el líder del sindicato de bomberos de Michigan, Matthew Sahr, se presentó en el evento de Harris en el municipio Redford, aunque no para otorgarle su respaldo.
“Podríamos haber optado por no acudir. ¿Pero qué clase de mensaje enviaría eso?”, apuntó Sahr.
Un portavoz del sindicato declinó el viernes hacer comentarios, más allá de un comunicado divulgado previamente que decía que no habría respaldo para Harris ni para su rival, el expresidente Donald Trump.
“La vicepresidenta está orgullosa de tener el respaldo sindical, incluidos bomberos en estados cruciales muy disputados como los que la acompañaron en Michigan el viernes”, dijo Brian Fallon, portavoz de la campaña de Harris. “Ella es la única candidata en esta contienda que siempre está con los trabajadores y ha luchado para proteger el pago de horas extras, las pensiones de los trabajadores y el derecho a organizarse”.
De todas formas, lo que ocurrió refleja el cambio de lealtades en la política estadounidense, en un momento en que Harris compite con Trump por el apoyo de los votantes de clase trabajadora, que durante años era de esperarse que respaldarían a los demócratas.
En su discurso en la estación de bomberos, Harris no se anduvo con rodeos sobre Trump, diciendo que él “ha sido un desarticulador de sindicatos durante toda su carrera” y lanzaría un “ataque total” contra los trabajadores sindicalizados.
Harris declaró que Trump respalda las leyes sobre el “derecho a trabajar” que con frecuencia hacen más difícil sindicalizarse, y dijo que él había debilitado los sindicatos de empleados federales. Mientras fue presidente, Trump utilizo una serie de órdenes ejecutivas en 2018 que él diseñó con el fin de reducir los poderes de esos sindicatos para negociar colectivamente.
Él ha expresado su apoyo al derecho a trabajar desde la primera vez que se postuló a la presidencia en 2016, y también ha hecho comentarios que en general son favorables a los derechos laborales cuando ha hablado ante audiencias sindicales desde entonces.
Harris también acusó al expresidente de “efectuar las mismas promesas vacías al pueblo de Michigan que las que hizo antes, con la esperanza de que a ustedes se les olvide cómo los decepcionó”.
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Weissert informó desde Washington.