San Juan se encuentra en un momento histórico; uno de esos momentos en los que se decide el futuro de, al menos, una generación completa. Siendo esto una realidad inevitable, es deber de todos los sanjuaneros reflexionar seriamente sobre las opciones que tendrán ante sí el 5 de noviembre para dirigir la alcaldía de nuestra Ciudad Capital.
A imagen y semejanza de los políticos mendaces que han demacrado a países enteros de Latinoamérica, Manuel Natal se presenta ante el electorado impulsando agendas ideológicas que buscan convencer con medias verdades y esconden grandes mentiras mientras deja desatendidos por completo los asuntos que realmente les importan a los sanjuaneros, idéntico a su madrina política —Carmen Yulín Cruz. A manera de ejemplo, como parte de su campaña rimbombante, presenta una propuesta de lo que llama “salud universal”, algo que suena bonito en principio, pero tan siquiera se molesta en presentar un solo detalle de cómo la financiaría, cómo la implementaría, ni el ámbito de los servicios que incluiría.
En lugar de presentar soluciones reales, prácticas y viables, las propuestas de Manuel Natal se alejan de la realidad que se vive no solo en San Juan, sino en todo Puerto Rico. “El papel lo aguanta todo” parece ser la consigna. Lo que él llama “propuestas”, en buen castellano es “politiquería y cogida de tontos” que, como hemos podido ver en otros casos por toda Latinoamérica y como vivimos los ocho años de Carmen Yulín, termina en tragedia.
Hablemos de otro tema importante: la seguridad. Para combatir la criminalidad adecuadamente, se necesita una Policía Municipal robusta, debidamente equipada, con credibilidad y el más alto respeto en su cadena de mando, desde el oficial en la calle hasta el alcalde. Pero, ¿qué ha demostrado Manuel Natal en cuanto a estos asuntos? Todo lo contrario. Recordemos cómo, durante su época en la Universidad de Puerto Rico (UPR), estuvo allí mientras humillaban a la Policía dándoles comida de perros. Y no quedó ahí.
Natal también guardó silencio mientras la administración de Carmen Yulín desmantelaba y desmoralizaba la Policía Municipal, al igual que lo hizo con todo el municipio. Sea por acción o inacción, fue cómplice. Por ocho largos y tortuosos años, Natal permaneció callado mientras su madrina política hacía y deshacía, dejando a San Juan en ruinas. Su cómplice, su estudiante y el heredero de sus malas mañas hoy te pide el voto con la cara de quien no se atreve a reconocer su origen y mucho menos dispuesto a revelar lo que realmente pretende hacer de llegar al poder.
Como ves, no se trata simplemente de una elección entre candidatos, sino de decidir qué futuro queremos para nuestra Ciudad Capital. ¿Deseamos que San Juan, en vez de ser la entrada del progreso y el desarrollo económico, sea la entrada de aquellas ideologías que tienen a hermanos en Latinoamérica en la pobreza extrema y bajo dictaduras, tal como Yulín quería con su Ciudad Patria? ¿O queremos, desde San Juan, asegurar la estabilidad y el progreso, los valores democráticos y los derechos que todos tenemos como ciudadanos americanos? La respuesta es clara: San Juan necesita que Miguel Romero revalide en la alcaldía para continuar con la obra de progreso o nos exponemos a cuatro años de Natal, de Yulín, y de todo aquello que atenta contra el bienestar de nuestra Ciudad Capital.
Al final del camino, debe quedar claro que el nombre no hace la cosa —Natal es Yulín, y Yulín es Natal. Del 2013 al 2021, la cruz que cargaba San Juan llevó a todas sus comunidades al abandono, trajo un deterioro evidente por todos lados, echó el gobierno municipal a pérdida y mantuvo los intereses de los sanjuaneros como lo último en la lista de prioridades. Al igual que para Natal, para Carmen Yulín era prioritario promover la ideología, al punto que después del paso de los huracanes Irma y María pasó más tiempo fuera de Puerto Rico haciendo relaciones públicas con sus camaradas de la izquierda que atendiendo los problemas de los sanjuaneros.
No se puede permitir que esta tragedia vuelva a ocurrir. Si “Carmen Yulín 2024″ te suena tan preocupante como a mí, hay una sola alternativa para que continúe el progreso en San Juan —votar por Miguel Romero, dándole la confianza que se ha ganado con obra que se ve y resultados que se sienten.