Mujeres y hombres se manifestaron juntos el sábado en París y otras ciudades francesas en apoyo a Gisèle Pélicot y contra las agresiones sexuales, un flagelo que ha sido el tema central del juicio a su exmarido y docenas de otros hombres acusados de violarla luego que ella fue deliberadamente drogada y golpeada por su excónyuge hasta dejarla inconsciente.
Las manifestaciones ante los tribunales en París, en la ciudad de Lyon —en el sureste del país— y en otros lugares pusieron de manifiesto cómo la valentía de Pélicot al hablar del suplicio que vivió está inspirando a personas en Francia y más allá de las fronteras del país, quienes se sienten horrorizadas por la magnitud y la brutalidad de los abusos que sufrió a lo largo de una década.
Desde que comenzó este juicio extraordinario el 2 de septiembre, en que Pélicot ha enfrentado a 51 de sus presuntos violadores, la mujer ha sido elogiada por su compostura y su decisión de permitir que las audiencias sean públicas, luego que el tribunal inicialmente sugiriera que se llevaran a cabo a puerta cerrada.
“Ha decidido convertirlo en un juicio paradigmático”, dijo Elsa Labouret, una de las manifestantes de París y vocera del grupo de mujeres “¡Atrévete a ser feminista!”
“Las víctimas no tienen la obligación de hacer lo que ella hizo. Tienen derecho al anonimato. No es necesariamente un deber de ninguna víctima. Pero lo que ella decidió hacer es muy, muy importante porque ahora no podemos ignorar la violencia a la que pueden recurrir algunos hombres”, afirmó la activista.
Las manifestantes denunciaron la inoperancia del sistema judicial francés en los casos de violencia sexual y el miedo a ser violadas y agredidas que, señalaron, las mujeres sufren día tras día.
En las pancartas que portaban se podía leer: “La vergüenza debe cambiar de bando”, “Basta de negación”, “No soy tu saco de boxeo” y “Todas somos Gisele. ¿Todos ustedes son Dominique?”
Dominique Pélicot admitió durante el juicio que durante casi una década repetidamente drogó a su esposa sin que ella se percatara e invitó a docenas de hombres a violarla mientras yacía inconsciente en su cama. Tras su detención, Gisèle se divorció de él.
Se espera que el juicio dure hasta diciembre.
Los acusados tienen entre 26 y 74 años. Muchos de ellos niegan haber violado a Gisèle Pélicot, diciendo que su entonces marido los manipuló o que creían que ella estaba consintiendo.
“Nunca se puede saber quién es un violador o quién es un monstruo. Podría ser tu vecino, podría ser cualquiera”, subrayó el estudiante parisino Khalil Ndiaye.
“Es realmente repugnante pensar que podrían ser personas que conoces, personas con las que pasas el rato todos los días y que podrían hacer cosas así”, añadió.
Dijo que considera a Gisèle Pélicot como un icono.
“Porque en medio del dolor decidió no darse por vencida y no simplemente dejarlo pasar”, dijo. “Ella decidió pelear. Y todos estamos aquí hoy porque ella está luchando y nos inspira a nosotros a luchar también”.