Thursday, November 21, 2024
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Donde aún late el corazón del rollo

Del CPI

El 5 de noviembre de 1996 conté cuántos carros pasaban a favor de alguno de los tres partidos políticos que compitieron en aquella elección: el Partido Nuevo Progresista (PNP), el Partido Popular Democrático (PPD) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Tenía 10 años y estaba en el balcón de la casa de mis abuelos, en la carretera PR-172 que va de Caguas a Cidra.

Los carros con banderitas con la palma azul del PNP ganaron aquel sondeo, seguidos por los del PPD y sus banderitas con la pava roja. En un distante último lugar, algunos carros con banderitas verdes con la cruz blanca del PIP.

Es muy probable que alguien que alzaba cualquiera de esas banderitas pusiera, al votar, una sola cruz bajo la insignia de su partido.

Medir hoy, casi 30 años después, el “corazón del rollo” de cada partido es difícil, sino imposible. Expertos en el tema electoral y analistas de todos los colores dicen que no hay una manera exacta de medirlo. Proponen distintas metodologías, desde analizar la participación en las primarias, o un cruce entre el voto íntegro de las tres papeletas (nacional, legislativa y municipal), hasta medir el voto al candidato a la gobernación de cada partido o los municipios donde siempre ha ganado el mismo partido.

También, coinciden en que se ha ido desarticulando esa noción del corazón del rollo, conforme el voto íntegro, el “rajar la papeleta”, es algo que ha ido menguando. El PNP, por ejemplo, obtuvo 870,324 votos íntegros en la elección del 2012, o el 47% del total de votos, según datos de la Comisión Estatal de Elecciones. En 2020, registró 368,573, para un 29% del total.

La caída en el PPD es aún mayor: de 866,232 votos íntegros en 2012, o el 46% de todos los votos, a 323,733, o el 25%.

Para explorar dónde se concentran los seguidores más fieles de cada partido, fui a lugares con la mayor proporción de votos íntegros en la papeleta de la gobernación de cada partido —y también, los carros con banderitas.

La Alianza se abre paso en un corredor de norte a sur

A las tres de la tarde, Roberto Velázquez Nieves prepara flyers y panfletos en el comité municipal del PIP en Aguas Buenas. Llevan las caras de candidatos de la Alianza de País, un acuerdo entre el PIP y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) para favorecer mutuamente, en estas elecciones, a un mismo candidato en algunas contiendas y competir fraternalmente en otras con sus propios candidatos.

En Aguas Buenas, habrá una competencia fraternal por la alcaldía.

“Nuestro candidato a alcalde es Omar Falcón Velázquez, maestro en la Escuela Segunda Unidad de Sumidero por 24 años. Un maestro de vocación. […] Viene de una familia que todos son maestros. Y lo sé porque yo soy tío de él, y también fui maestro. Veintipico maestros en la familia”, dice Roberto, de 73 años, militante del PIP desde escuela superior y asambleísta municipal electo desde 1992.

El comité del PIP, en los altos de un local en el casco urbano, parece un salón de escuela. Tiene una pizarra grande de fondo verde, piso en terrazo y una mesa con sillas plegables en el medio. Desde aquí, Aguas Buenas es parte de una región muy bien organizada por el partido de la bandera verde y blanca que, junto a otros pueblos cercanos como Caguas y Cidra, figuró en el tope de los precintos con mayor voto íntegro a favor del PIP en la última elección.

Roberto atribuye el respaldo a una buena representación de coordinadores y funcionarios de colegio del PIP. Apunta a una cartulina gigante con los nombres de las escuelas que sirven de centros de votación, junto al nombre de los funcionarios del PIP asignados a cada una de ellas.

“Logramos tener toda la cartulina llena con, por lo menos, dos funcionarios por colegio. En Aguas Buenas, no se va con uno, se va con dos y con tres [funcionarios del PIP]. Eso no lo tienen en otros pueblos”, dice orgulloso.

Acto seguido, describe un cuadro con una copia de El Árbol Genealógico de la Libertad, del artista puertorriqueño Antonio Martorell, que muestra un árbol cuyas hojas son las banderas de cada país latinoamericano, según el año en que alcanzaron su independencia.

“El primer pueblo en América que tuvo la independencia, ¿fue? Vamos a ver si sabe el periodista”, pregunta Roberto como buen maestro, mira y luego contesta.

“Haití. Bueno, el primero fue Estados Unidos, pero digo de acá. Y después de Haití fue Venezuela, y luego Colombia. Van creciendo y van creciendo. Y allá tenemos en la punta a Puerto Rico, que llegará pronto porque, a pesar de todo, somos un partido independentista”, afirma Roberto.

Pero la palabra “independencia” no aparece una sola vez en la página principal de Patria Nueva, la plataforma del candidato a la gobernación Juan Dalmau. Como parte de la Alianza, ambos partidos acordaron impulsar una asamblea de estatus, donde el PIP promoverá la independencia. El MVC, por su parte, educará sobre las alternativas y dejará “a la libre conciencia de sus afiliados y afiliadas la decisión de cómo emitirán su voto”.

La prioridad de una administración liderada por la Alianza será “el bienestar, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente”, así como eliminar la corrupción, lee la plataforma de gobierno.

En el caso de Aguas Buenas, Roberto menciona aumentar el número de escuelas especializadas, el estacionamiento en el casco urbano y la iluminación en zonas peatonales, pero lo principal, según este, será eliminar la corrupción y el favoritismo político. En 2022, el entonces alcalde penepé Javier García Pérez y su antecesor, el popular Luis Arroyo Chiqués, se declararon culpables de corrupción por recibir dinero a cambio de contratos de recogido de basura y de pavimentación de carreteras.

“Queremos administrar. Y como vieron allí, no encontraron una sola resolución pidiendo que se declare la independencia en Aguas Buenas. ¿Verdad que no? Porque yo sé que yo no la puedo declarar. Pero me llamo independentista. Y por eso decimos que Juan Dalmau tampoco la puede declarar, siendo sinceros. Juan Dalmau va a tener una buena administración, una excelente administración. Y habrá gente de todos los partidos [en su gobierno]”, dice Roberto, convencido de que una victoria en noviembre es posible.

El precinto 81, que reúne los nueve barrios de Aguas Buenas, fue uno de los lugares que más concentró votos íntegros a favor del PIP en la elección del 2020, con un 7.5% del total de electores en ese precinto. También, estuvieron en el tope de la lista los precintos 82 y 83 de Caguas, y 76 de Cidra.

En las elecciones de 2020, los candidatos a la gobernación del PIP y Victoria Ciudadana lograron, en conjunto, el 28% de los votos a nivel isla. Es un dato que la Alianza menciona una y otra vez en sus anuncios políticos.

Al ver en un mapa de Puerto Rico, este dato combinado de apoyo al PIP y el MVC se destaca en una franja consolidada en la zona metropolitana de San Juan, que se extiende al sur, hacia Caguas, Cidra, Cayey y Ponce, como si siguiera la autopista PR-52 y luego la PR-2 hasta Cabo Rojo.

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Huele a fogón, suena música de Ismael Rivera y los carros pasan cerquita de El Cocotazo, un chinchorro que queda a la orilla de la PR-174 en Aguas Buenas.

“La primera alianza se dio aquí”, asegura Wilfredo López Montañez, mientras come carne frita con viandas.

Wilfredo, un líder comunitario veterano, lleva una camiseta gris y una gorra negra, ambas con una letra “V” y una estrella, la insignia de Victoria Ciudadana. Aspira a la legislatura municipal de Aguas Buenas bajo el MVC en las elecciones de este año.

Recuerda que, en 2020, antes de que existiera oficialmente la Alianza de País, hubo un acuerdo entre el MVC y el PIP para hacer campaña a favor del candidato pipiolo a la alcaldía de Aguas Buenas, Luis Alberto Díaz Ocasio, un comerciante del pueblo, independentista hasta el tuétano y conocido por el nombre de su negocio, “El Cocotazo”. Esto después de que el MVC se quedara sin candidato en la papeleta municipal.

“Se nos ocurrió hablar con Luis porque conocíamos su actitud hacia la unidad, a trabajar juntos, y le hicimos un acercamiento para que los votos que generáramos se los diéramos al PIP, a su candidatura. Y estuvo de acuerdo con nosotros. Yo no sé si eso fue una decisión de él, si transmitió eso al colectivo del independentismo aquí, pero la cosa es que dijo que sí, y así fue”, dice Wilfredo. “Luis sacó más votos en esa elección que nunca antes”, afirma.

En esa elección del 2020, tanto el PIP como el MVC lograron resultados que no se veían en Puerto Rico desde hace mucho tiempo. Dalmau llegó segundo en el precinto 7 de Guaynabo —siendo la primera vez que un candidato que no sea penepé o popular logra esa posición en una elección. En San Juan, el candidato del MVC, Manuel Natal, quedó a las puertas de la alcaldía de la ciudad capital, en medio de irregularidades en el escrutinio general.

Victoria Ciudadana consolidó sus votos íntegros en los precintos 1, 2 y 3 de San Juan, en Culebra y en Trujillo Alto.

Pero aunque aquella “primera alianza” entre el PIP y el MVC en Aguas Buenas rindió frutos, las colectividades no lograron un acuerdo para apoyar a un solo candidato a alcalde en las elecciones de este 5 de noviembre. Es una de 36 alcaldías que verán competencias fraternales.

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La Alianza de País las define en sus acuerdos como “aquellos casos en que ambas colectividades presenten una o múltiples candidaturas para el mismo cargo y no exista acuerdo de No Competencia y Apoyo Mutuo”. Solamente 11 municipios, liderados por San Juan, tienen acuerdos de no competencia y apoyo mutuo a nivel de alcaldías. Hay 31 pueblos donde, aunque uno de los dos partidos no tiene candidato a alcalde, no apoyan al candidato del otro.

Con la muerte de Díaz Ocasio en el 2023, la candidatura del PIP a la alcaldía de Aguas Buenas pasó a Omar Falcón Velázquez, un maestro y exluchador de lucha libre. En el caso del MVC, su candidato es José “Pepe” Córdova Iturregui, un abogado.

“Mi deseo hubiera sido que nosotros hubiéramos tenido una sola columna de la Alianza”, dice Pepe Córdova, quien acompaña a Wilfredo en El Cocotazo.

Tras anunciar la Alianza de País, el MVC y el PIP acudieron en 2023 al tribunal para declarar como inconstitucional la prohibición a candidaturas coaligadas que incluye el Código Electoral de 2011. Tanto el Tribunal de Primera Instancia, como el Tribunal Apelativo, decidieron en contra de la Alianza al validar dicha prohibición. Esto llevó a que ambos partidos, para cumplir con el Código Electoral, presenten candidatos a la gobernación y comisaría residente que, aunque figuran en la papeleta, no hacen campaña. Algunos les llaman “candidatos de agua”, otros “candidatos indispensables”.

El hermano de “Pepe” Córdova Iturregui, el profesor retirado Javier Córdova Iturregui, es el candidato a la gobernación que el MVC postuló a pesar de que el apoyo institucional de la Alianza es a Dalmau.

En la comisaría residente, el candidato del PIP es el Dr. Roberto Velázquez Correa, a pesar de favorecer a la abogada Ana Irma Rivera Lassén, del MVC, como parte de la Alianza. Su padre es Roberto Velázquez Nieves, el asambleísta del PIP en Aguas Buenas.

En ese pueblo, a pesar de haberse reunido y discutido apoyarse mutuamente, no hubo acuerdo. Como si hubieran hecho un pacto entre caballeros, ni Roberto ni Wilfredo dijeron por qué no hubo acuerdo esta vez en la candidatura a la alcaldía.

Proyecto Dignidad busca consolidarse en el norte

“Si Dios toca el corazón” de los votantes, Proyecto Dignidad (PD) gana las próximas elecciones. Pero hay que ser realistas, dice Moisés Pagán, de 60 años, retirado y vecino del barrio Sabana Hoyos de Arecibo. Explica que el partido apenas lleva cinco años organizado y todavía está levantándose.

“Pero si sacamos más de 200,000 votos y ponemos varios candidatos más en la Cámara y el Senado, y [ganamos] alguna alcaldía, eso es una victoria para nosotros como partido”, asegura. Esto supondría más del doble de la cantidad de votos que obtuvo PD en el 2020 y tener un alcalde que no sea penepé ni popular por segunda vez en más de 70 años. (En 1988, Santos “El Negro” Ortiz Ruiz revalidó en la alcaldía como candidato independiente, aunque su primera elección la ganó bajo el PPD.)

Junto a un grupo de amigos, Moisés espera frente a su guagua, en la orilla de la PR-140, que arranque la caravana política del PD JJ Power Rally, que irá por barrios de Florida, Hatillo y Arecibo. JJ es una referencia a su candidato a la gobernación, Javier Jiménez Pérez, un contador público autorizado, alcalde de San Sebastián, exmiembro del PNP y fundador de la Pepino Power Company, una iniciativa del líder municipal para restablecer la energía eléctrica en su municipio tras el paso del huracán María en 2017.

En 2023, Jiménez Pérez dejó el PNP y pasó a convertirse en el candidato principal de Proyecto Dignidad.

Moisés se afilió a ese partido en noviembre de 2022, pero recuerda que votó por candidatos de Proyecto Dignidad en las últimas elecciones. Del partido dice que le atrae la defensa de “la familia, los valores y el libre comercio”, donde el Gobierno no impone mayores cargas y restricciones a los pequeños y medianos negocios.

En su página, el partido se describe como uno de valores conservadores, “fundamentado en nuestra confianza en el Dios Todopoderoso”. Proyecto Dignidad apoya el derecho de los puertorriqueños a la autodeterminación política, la protección del ambiente y la auditoría de la deuda; también defiende la vida desde la gestación y una educación sin “ideología de género”.

Poco después de las 3:00 de la tarde, las bocinas y alarmas suenan alto y sin pausa, y los carros arrancan en la caravana con sus luces intermitentes encendidas.

La ruta incluye algunas de las comunidades de Florida, Barceloneta y Arecibo, como Pajonal, Betania, Las Selgas, La Vega, San Agustín, Pueblo Viejo, Las Carrionas y Bajadero. En el camino, también hay más de una docena de iglesias, de distintas denominaciones religiosas.

En el 2020, el precinto 24 de Florida fue donde Proyecto Dignidad recibió porcentualmente más votos íntegros en la papeleta estatal. Entre los 10 precintos que mayor concentración de votos íntegros tuvieron a favor del PD también están Manatí (precinto 21), Arecibo (26 y 27), Hatillo (28) y Barceloneta (25), todos en la región norte de Puerto Rico. La lista la completan Naguabo (95), Adjuntas (55), Canóvanas (104) y Las Piedras (90).

A media tarde cae lluvia, pero nada detiene el JJ Power Rally. Familias con niños, jóvenes y personas mayores van en todo tipo de vehículo, desde vespas y carros de lujo hasta minivans y pickups, la mayoría con banderas y pancartas que llevan la insignia del partido: un arbolito color turquesa que nace de la tierra.

Moisés tiene una guagua color vino con el nombre de Javier Jiménez pintado en betún blanco en el cristal trasero. Más adelante, está la “tumba coco” y sus bocinas gigantes, al igual que la guagua con una plataforma que sirve de tarima para la senadora Joanne Rodríguez Veve, la representante Lisie Burgos Muñiz y los candidatos a la alcaldía de Florida y Arecibo, Félix Claudio González y Luis Enrique “Ricky” del Río Morales.

A lo largo del camino, las personas salen de los negocios y de sus casas a mirar. No hay manera de ignorar la música, las bocinas y las alarmas que entran sin preguntar por las puertas y ventanas de las casas que quedan en el camino. Aún así, hay algunos que continúan su domingo sin mirar: lavan sus balcones, juegan baloncesto, arreglan su carro, toman una cerveza en un negocio.

Más de cuatro horas después, de noche y al son de la música de Toño Rosario y Olga Tañón, la caravana continúa por la PR-2. Al llegar al cruce con la PR-639 en Arecibo, la guagua con tarima y la “tumba coco” se hacen a un lado, mientras decenas y decenas de carros siguen su camino, no sin antes tocar la bocina y mostrar sus banderitas del Proyecto Dignidad. Es la ola turquesa, dice el animador, que culmina por hoy.

Moisés, que estuvo hasta el final y se detuvo a hablarme, opina que el evento estuvo bueno, que hubo mucha gente.

“Esto es a largo plazo. Seguimos luchando por sacar esos dos partidos que han estado en el poder por tanto tiempo y que nos han llevado a este momento histórico. Y eso es día a día, elección a elección”, dice.

¡Fuego popular!

El Partido Popular Democrático (PPD) ganará la elección contra todos los pronósticos, dice Jesús Manuel Ortiz González, el candidato popular a la gobernación. Lo dice mientras saluda desde una guagua-tarima, con la misma fuerza con la que se agarra de un tubo para no caerse mientras hace campaña por las calles de Caguas.

La parte trasera de este tipo de vehículo, un fijo de cualquier caravana política, está cubierta de planchas y tubos de metal que quedan totalmente expuestos al sol. En Caguas, hoy brilla el rubio, y con 100 grados Fahrenheit — ¡Fuego popular! — no hay de dónde agarrarse que no sea el metal caliente.

Poco más de 150,000 personas votaron en la primaria del PPD en junio, muy por debajo de los más de 217,000 que votaron cuatro años antes, en medio de una pandemia, según los datos de la CEE.

En estas elecciones, el PNP invisibiliza a los populares en su campaña y no los considera sus principales oponentes. La Alianza de País entre el PIP y el MVC señala al PNP y al PPD cuando habla del bipartidismo corrupto, tras haber sido parte de los gobiernos que Puerto Rico ha tenido durante 70 años, y que han desembocado en la quiebra, la austeridad y el recorte de servicios a la ciudadanía. En Washington, D.C., la fórmula del Estado Libre Asociado que defiende el PPD como institución está fuera de la mesa de discusión. En el partido, populares como el expresidente del Senado Eduardo Bhatia, el excandidato a la comisaría residente Rafael Cox Alomar y el exsenador y analista político Ángel Rosa cuestionan la dirección del partido y, en el caso de Cox Alomar y Rosa, sugieren que el voto útil en esta elección, o aquel que puede derrotar al PNP, está con la Alianza y no con el PPD.

Ortiz González, un legislador desde 2017 que antes estuvo en la administración del último gobernador popular, Alejandro García Padilla, acepta que han sido tiempos difíciles. Dice que ha sido fuerte ante los casos de corrupción en el PPD, que su partido es el único que puede lograr el control de la Legislatura y alcaldías y que el tema del estatus político no es el issue, sino el bienestar de la gente y la economía.

“Ciertamente tenemos retos, especialmente en la zona metropolitana, pero estoy seguro de que vamos a prevalecer en esta elección contra todos los pronósticos, porque los populares tenemos ese compromiso de no permitir que el PNP gobierne cuatro años más. Inaceptable para nosotros, ha sido cuesta arriba y aún luego de la elección, ganando como yo confío, yo tengo que iniciar un proceso de cambio más profundo dentro del partido, para el cual yo necesito tiempo para hacerlo y yo estoy determinado a hacerlo tanto en el Gobierno como en el Partido Popular”, añade.

A su lado está el alcalde de Caguas, William Miranda Torres, quien también saluda, señala y sonríe en la guagua-tarima. Desde la década de los 70, la ciudad criolla ha sido un bastión popular, liderado por los fallecidos Ángel O. Berríos y William Miranda Marín. Cuando Miranda Marín murió en 2010, Miranda Torres, su hijo mayor, ocupó el cargo tras una elección especial y desde entonces ha sido alcalde.

Al llegar la caravana a la urbanización Santa Elvira, el alcalde pide al animador que habla por la “tumba coco” que salude a doña Reina, quien vive allí. Miranda Torres necesita cada uno de esos votos: en el 2012, obtuvo 43,763 votos, más del 60% de la votación; en el 2020, prevaleció sólo con la mitad de esos votos y un margen de apenas cuatro puntos porcentuales sobre el candidato del PNP, Roberto López Román.

Doña Reina sale de su casa, ambos políticos se bajan y la saludan, se toman una foto, se despiden y regresan a la guagua-tarima. Le pido a Ortiz González que defina al popular “corazón del rollo”.

“Es un militante que cree firmemente en lo que es la justicia social, en un partido cuya razón de ser es la gente. Por eso en la bandera hay una persona”, contesta, en referencia al hombre con la pava emblema del PPD. Añade que es alguien que defiende los derechos de los trabajadores y el sistema de educación pública. Y en estas elecciones, las mayores preocupaciones, según él, para el popular de clavo pasa’o son los servicios de salud, la falta de especialistas médicos, el sistema energético y la privatizadora de la distribución (de energía), LUMA, y acabar con la corrupción gubernamental.

Sobre la columna de Eduardo Bhatia, dice que no la leyó. Se la resumo: Bhatia señala que en algún momento, el partido decidió girar hacia un sector más conservador, algo que enajenó a muchos populares. “Hay quien tiene esa teoría. Yo, como funcionario electo del Partido Popular, no te puedo decir que haya percibido o que me hayan hecho un planteamiento de que había que hacer un giro hacia la derecha”, asegura.

Según Ortiz González, el PPD es “un partido de centro izquierda, pero conservador en temas económicos”. También dice que ve al PPD como parte de una alianza entre “las fuerzas del cambio”, o aquellos partidos que no son el PNP.

“Todas las encuestas, pongan ganando a quien pongan ganando, coinciden en una cosa: las fuerzas del cambio somos más. Aquí la decisión del país tiene que ser quién es la persona que tiene más posibilidades, no solamente de detener a Jenniffer González, de encaminar un gobierno, de poder ejecutar una agenda. Y en este caso, Juan Dalmau no tiene las herramientas para gobernar, no va a tener una asamblea legislativa, no va a poder confirmar jueces del Supremo porque no tiene un equipo, y no lo va a tener, que pueda hacer afín a su política”, sostiene.

Poco después, me bajo de la guagua-tarima, que seguirá en caravana hasta San Lorenzo, Juncos, Las Piedras y, finalmente, Humacao. Allí, frente a poco más de 100 personas, Ortiz González volverá a decir que ganará las elecciones y pedirá una sola cruz bajo la pava en las tres papeletas.

Fuerte el PNP en la montaña

El alcalde de Orocovis, Jesús “Gardy” Colón Berlingeri, prefiere hacer visitas en vez de caminatas.

“¿Cuál es la diferencia entre una y otra? Que voy y visito a la persona en su casa, me tomo el café con calma. Cuando es una caminata, uno va deprisa, con ruido, con mucha gente, etcétera, y el mensaje no llega tan efectivo como cuando hacemos la visita”, explica.

Una vez a la semana, Colón Berlingeri suele realizar el viaje de una hora a San Juan. Hoy está acá, ayer hizo visitas en el barrio Bauta Abajo, me dice cuando nos encontramos en un Starbucks de Hato Rey. Aunque viste una camisa azul con su nombre bordado en ella, aquí nadie parece reconocer al alcalde penepé que más tiempo lleva en una alcaldía de manera ininterrumpida, 26 años, solo superado por el alcalde popular de Dorado, Carlos López Rivera, quien lleva 37 años.

Orocovis, en el interior montañoso de la isla, es uno de los lugares en Puerto Rico donde más se raja la palma a favor del PNP. En la pasada elección, dos de cada cinco personas en el precinto 66 de Orocovis pusieron una sola cruz bajo la palma por la dupla del ahora gobernador Pedro Pierluisi y la comisionada residente Jenniffer González, y una de cada tres personas votó íntegro por el PNP en la papeleta legislativa. Algo similar ocurrió con sus vecinos, Barranquitas y Corozal, donde el 42% y el 37%, respectivamente, de todos los votos, fueron íntegros para el PNP en la papeleta de la gobernación y la comisaría residente.

“Cuando yo estaba en la universidad, decía que era estadista y que era proamericano. Hay mucha gente que se esconde. Yo no me escondo, y la gente del centro [de Puerto Rico] no se esconde para decirlo tampoco”, dice Colón Berlingeri.

En las próximas elecciones, los electores puertorriqueños verán una papeleta para el cuarto plebiscito de estatus desde 2012. Ninguna de estas consultas ha tenido el compromiso del gobierno federal de que actuará a favor de la opción ganadora. El proyecto de ley 8393 que presentaron en el 2022 la congresista puertorriqueña de Nueva York, Nydia Velázquez, y la comisionada residente, González, que establecería un proceso de votación de estatus avalado por el Congreso, quedó estancado en el Senado federal.

A pesar de esto, conseguir la anexión de Puerto Rico a los Estados Unidos continúa siendo el norte del corazón del rollo azul, según Colón Berlingeri.

“El penepé tradicional es el que cree en la estadidad, el que cree que don Luis Ferré fundó el partido para hacerle justicia social a los pobres, para que los jóvenes pudieran votar a los 18, para traer el bono de Navidad. Cuando tú te reúnes con esas personas, te mencionan eso. Y poco a poco, ellos han ido pasando ese agradecimiento hacia los Estados Unidos. Esos son los estadistas, esos son los penepés del rollo”, dice.

En su análisis, Colón Berlingeri advierte una diferencia: el corazón del rollo en el campo no es el mismo que el de las zonas urbanas, incluso dentro del mismo pueblo de Orocovis. Mientras en el caso urbano orocoveño viven personas en urbanizaciones, vivienda pública o Sección 8, en el campo están las casas más humildes, con menor ingreso, dependientes mayormente de la agricultura para subsistir, según él.

“Son más fieles, son el tipo de personas que te dan la mano y, si te dan la mano para comprometerse con algo, eso se mantiene”, dice sobre el elector que vive en el campo.

Esto es particularmente relevante en tiempos en que el voto íntegro disminuye, incluso en bastiones del PNP como Orocovis. Allí, de 8,245 votos íntegros en 2012, o 52% del total, bajó a 4,293, o el 41%. Mientras, el voto mixto y por candidatura ha ido en aumento: de 267 votos en la papeleta nacional del 2012, o 1.7% del total en Orocovis, a 1,780 en la última elección, para un 17%.

Colón Berlingeri notó este cambio en las últimas elecciones.

“El mensaje que nosotros damos constantemente es ‘voto íntegro’. Darnos el equipo completo. Y eso ha resultado. Pero comoquiera, el cuatrienio pasado el voto mixto aumentó, pero somos de los pueblos que más se vota íntegro”, afirma.

Pregunto qué es lo más que le preocupa al corazón del rollo azul, según su apreciación. El alcalde no dice los programas subvencionados con fondos federales, ni siquiera LUMA o la falta de médicos especialistas. Menciona la corrupción.

“Muchas veces nos abochornan las personas que en el camino se caen y le fallan al pueblo. Pero estamos claros en que lo que queremos nosotros como partido es conseguir la estadidad”, dice.

En los pasados seis años, la Fiscalía Federal acusó por corrupción a ocho alcaldes, dos secretarias de gabinete, tres legisladores y una gobernadora. Con excepción de tres alcaldes populares, el resto son del PNP.

Para Colón Berlingeri, estos casos en su partido son la excepción, y no la norma, como han proyectado los partidos de oposición como la Alianza de País y Proyecto Dignidad.

Aprovecha para otra vez dejarme saber que hay una diferencia importante: la zona metropolitana vota distinto al resto de la isla. Para las elecciones del 5 de noviembre, en Orocovis, el alcalde asegura que el PPD continúa como el principal oponente del PNP, y no la Alianza ni el PD.

“Francamente, a nivel de la isla, veo campañas agresivas tanto de populares y penepés. No veo a la Alianza metida en la montaña, en la isla como tal”, dice.

Esta nota se publica en Metro.PR gracias a una alianza con el CPI. Puedes ver la historia original AQUí.



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