Saturday, November 23, 2024
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El Nuevo Rostro de la Crisis Climática: La Salud Mental

La crisis climática tiene consecuencias desastrosas en la biodiversidad del planeta y en la salud física y mental de la humanidad. La evidencia científica demuestra que los efectos del cambio climático deterioran la salud física de las personas en etapas cruciales del desarrollo humano.

La Organización Mundial de Salud (OMS) y otras entidades mundiales hacen eco del conocimiento científico y enfatizan que las mujeres embarazadas, los niños recién nacidos, niños, adolescentes y personas mayores presentan un mayor riesgo de contraer enfermedades causadas por la alta contaminación del aire, el acceso limitado al agua potable y los eventos climáticos extremos, como huracanes y olas de calor.

Sin embargo, la evidencia científica resalta que la crisis climática tiene otro rostro invisible, emergente y cada vez más preocupante: los problemas de salud mental. Personas de todas las edades, están presentando sentimientos de ansiedad, miedo, tristeza, desesperanza y de pérdida de espacios ambientales debido a los efectos del cambio climático. La Asociación Americana de Psicología (APA) define la ansiedad climática o eco-ansiedad como miedo o preocupación crónica al futuro trágico del ambiente.

La eco-ansiedad puede incluir una diversidad de experiencias, incluyendo preocupación, incertidumbre, tristeza, estrés, miedo y ansiedad frente al cambio climático. Además, la salud mental puede ser deteriorada, ya que los efectos del cambio climático impactan los factores sociales determinantes de la salud, como acceso a atención médica, redes sociales y estabilidad financiera. La evidencia científica destaca el incremento de eco-ansiedad, aún en aquellas personas que no están expuestas a eventos extremos de cambio climático.

Se estima que entre el 2030 y el 2050, ocurrirán 250,000 muertes adicionales cada año como consecuencia de los efectos del cambio climático, incluyendo el estrés climático. Hoy en día, el aumento de la eco-ansiedad y del estrés por el cambio climático se ve reflejado en el incremento dramático de búsqueda de información sobre eco-ansiedad en Google, lo que indica una alta preocupación por los efectos del cambio climático en la salud mental.

La eco-ansiedad, como la ansiedad en general, resulta en acciones o respuestas adaptativas positivas y negativas. Estudios indican que las personas, particularmente los jóvenes, que se involucran en esfuerzos para proteger el medio ambiente, pueden desarrollar una actitud positiva y esperanzadora sobre el futuro del planeta. Sin embargo, las personas que limitan sus actividades y planes futuros, y no participan de esfuerzos individuales y/o colectivos para mitigar los efectos del cambio climático, pueden sentir aún más estrés y ansiedad relacionada a la crisis climática y sufrir un impacto negativo a su bienestar general.

En otras palabras, la eco-ansiedad generalmente causa ansiedad anticipada al posible deterioro del medio ambiente, por lo que puede motivar a que las personas tomen acción para mitigar el cambio climático, lo que a su vez reducirá la ansiedad e incrementará un sentido de control y de autoconfianza al contribuir con la mitigación de los efectos del cambio climático. De igual forma, las personas pueden enfocarse en experiencias que confirman mensajes e imágenes negativas sobre futuro del planeta, lo cual incrementa la eco-ansiedad

Aunque el estrés y la ansiedad relacionada al cambio climático no son considerados enfermedades mentales y todavía se desconoce sus repercusiones a largo plazo, es importante destacar de que ambos, el estrés y la eco-ansiedad, pueden tener efectos deteriorantes en la salud mental, física y general de la persona. Por lo tanto, es crucial atender activamente los sentimientos relacionados al cambio climático.

Para entender y abordar las consecuencias de la crisis climática en la humanidad, es vital reconocer el impacto de las acciones humanas. La deforestación, la quema de combustibles fósiles, las prácticas industriales, entre otras, están destruyendo el planeta y en consecuencia acelerando el cambio climático. La crisis climática debe ser combatida tanto a nivel individual como colectivo para mitigar sus efectos en la salud física y mental de la humanidad. Por lo tanto, los gobiernos deben de priorizar esfuerzos de acción y educación sobre cambio climático, y las personas deben involucrarse en prácticas pro-ambientales.

La responsabilidad de proteger nuestra salud integral y el planeta es de todos.



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