El país se prepara para votar este próximo 5 de noviembre y escoger a quienes dirigirán a Puerto Rico durante los próximos cuatro años. Estos líderes tendrán la gran responsabilidad de asegurar la viabilidad de la red eléctrica, invertir en reducir la pobreza, defender los intereses de Puerto Rico ante cambios en el Código de Rentas Internas federal y en el financiamiento de Medicaid, entre otros asuntos de alto impacto. Todas estas decisiones son trascendentales para el desarrollo económico del país, y se debe tomar acción para asegurar el bienestar de todos y todas.
Es por esto que nuestro ejercicio de votar toma mucha importancia porque la decisión que tomaremos el 5 de noviembre se interconecta con los sueños y aspiraciones que tenemos para nuestras familias. De hecho, los y las jefas de familia son una fuerza electoral importante.
En Puerto Rico, 298,258 niños, niñas y jóvenes viven en 165,289 hogares con ingresos bajo los umbrales de pobreza, hogares que dependen de 315,499 padres, madres y encargados. Estos adultos tienen la responsabilidad de decidir, a través de su voto, el futuro de sus hijos e hijas, quienes aún no pueden votar, pero cuyos destinos se verán impactados directamente por las decisiones de los próximos años. Si al menos una fracción de estos adultos ejerce su derecho, podrían influir significativamente en el resultado electoral, especialmente considerando que, en las elecciones de 2020, el margen entre el primer y segundo lugar fue de tan solo 19,199 votos. Estas elecciones podrían decidirse por un número similar de votantes.
Cada voto cuenta, y en el caso de los electores hábiles para votar que rodean las vidas de estos niños, niñas y jóvenes, el compromiso es aún mayor. Votar es una manera de representar a quienes aún no pueden hacerlo y de asegurar que sus necesidades no queden en el olvido. Es asumir la responsabilidad de construir un futuro con menos barreras y más oportunidades para todos.
Afortunadamente, desde el Instituto del Desarrollo de la Juventud, desarrollamos Nuestra Agenda: una ruta a buenos empleos. Esta plataforma busca eliminar las barreras que frenan el progreso de las familias con niños, niñas y jóvenes en nuestro archipiélago, presentando iniciativas que fortalecen la economía, impulsan buenos empleos y desarrollan las habilidades que nuestra fuerza trabajadora necesita. Independientemente de quién salga como ganador o ganadora, la agenda para abrir oportunidades a estas familias es clara.
A los candidatos y la candidata, el llamado es a asumir con responsabilidad el reto de liderar a Puerto Rico con una estrategia que tenga a estas familias en el centro y no al margen del progreso. A los adultos en la vida de estos pequeños, el llamado es a asumir con responsabilidad las decisiones que redundarán en el bienestar de estos menores.
En fin, el llamado al país es a decidir de una vez y por todas que la pobreza y sus consecuencias sean un problema del pasado. Nos toca a todos, y este 5 de noviembre salgamos a votar por el Puerto Rico que nos merecemos.