La elección de Matt Gaetz como secretario de Justicia por parte de Donald Trump ha consternado a muchos empleados del Departamento de Justicia, quienes están preocupados no solo por sus propios empleos, sino por el futuro de la agencia contra la cual él ha arremetido en el pasado.
La elección del republicano de Florida por parte del presidente electo ha provocado una conmoción en el departamento, considerando la falta de experiencia de Gaetz en la aplicación de la ley y el hecho de que una vez fue objeto de una investigación federal por tráfico sexual.
Los nombres de abogados veteranos bien considerados habían circulado como posibles contendientes para el puesto, pero la selección de Gaetz fue interpretada por muchos como una indicación del valor que Trump otorga a la lealtad personal y su deseo de tener un disruptor al frente de un departamento que durante años lo investigó y, al final, lo acusó penalmente.
Varios abogados de carrera del departamento, entrevistados por The Associated Press, todos los cuales hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a compartir sus opiniones públicamente, describieron una sensación generalizada de estupefacción, e incluso de indignación por la nominación. Dijeron haber recibido innumerables llamadas y mensajes de colegas tan pronto como se difundió la noticia.
Algunos miembros del departamento no estaban seguros de que Gaetz, quien se graduó de la escuela de derecho en 2007 pero ha pasado su carrera como legislador, incluso en el Congreso, siquiera fuera abogado. Y algunos ya buscan un nuevo empleo ante las crecientes preocupaciones sobre su retórica de ir tras el “estado profundo”.
Gaetz ha afirmado que el departamento es “corrupto y está altamente politizado”, y ha criticado fuertemente las acusaciones federales contra Trump y los insurrectos del 6 de enero. También ha sugerido abolir dos agencias a las que supervisaría como secretario de Justicia, el FBI y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos. Llegaría al cargo sin la experiencia legal de sus predecesores, incluido el actual secretario, Merrick Garland, quien, como alto funcionario del Departamento de Justicia, supervisó la acusación del caso del ataque con explosivos en Oklahoma City antes de convertirse en juez del tribunal federal de apelaciones.
Trump describió a Gaetz como la persona adecuada para “erradicar la corrupción sistémica” en la agencia, poner fin al gobierno “convertido en arma” y “restaurar la Fe y la Confianza gravemente dañadas de los estadounidenses en el Departamento de Justicia”. Trump aún no ha anunciado un cambio de liderazgo similar en el FBI, aunque podría producirse, dadas sus constantes críticas al director, Christopher Wray.
“Creo que fue elegido para sacudir todo y lanzar una granada al Departamento de Justicia”, dijo John Fishwick Jr., exfiscal federal del Distrito Oeste de Virginia, nominado por el presidente demócrata Barack Obama. “Es un lanzallamas y eso es lo que Trump quiere”.
Fishwick dijo que los abogados del Departamento de Justicia con los que ha estado en contacto están “preocupados por lo que esto significará para ellos individualmente”.
No obstante, un abogado del Departamento de Justicia estaba menos preocupado por el cambio, y dijo que una reorganización del liderazgo podría ser un bienvenido reinicio, dada la “desconfianza de la izquierda y de la derecha” que, en su opinión, estaba justificada tras un tumultuoso período de investigaciones políticamente motivadas que han dividido a la opinión pública y han puesto a la defensiva a las fuerzas federales del orden.