Nadie en su sano juicio puede pensar que a días de su juramentación, la gobernadora electa, Jenniffer González Colón, no tiene los nombres de los funcionarios que van a conformar su gabinete constitucional. El equipo de campaña de la gobernadora estaba seguro que ganaría la elección, por lo que el line up o la terna de candidatos para los puestos principales debían estar discutiéndose desde entonces.
Una vez se gana, llueven los ofrecimientos de los candidatos, quienes recaudaron, donaron, deben ser los primeros que envían mensajes con allegados al comité de campaña para hacerse disponibles. No obstante, pienso que la preselección ya debía estar hecha.
Contrario a otros momentos post electorales, ya a esta fecha el gobernante electo había anunciado los nombramiento más importantes. Jenniffer González es la primera gobernadora electa que pasa el Día de Navidad sin hacer un nombramiento de gabinete y sin que se haya filtrado un solo nombre. No me sorprendería que lleguemos al día de la juramentación sin que se haga un nombramiento. ¿Porqué? Les explico.
Jenniffer González es la segunda mujer que llega a la gobernación en nuestra historia. No solo eso, decidió retar a un gobernador de su propio partido, incumbente, y logró ganarle. Aparte de eso, logra también ganar la gobernación de una manera más cómoda que lo que ganó el PNP en el 2016 y el 2020, siendo la tercera gobernación consecutiva que gana su partido. Obviamente eso tiene una explicación lógica y se debió a que gran parte de los votos por ella, más que por sus promesas o figura, se dieron como un voto para evitar que Juan Dalmau alcanzara a convertirse en gobernador. Parte del electorado popular de centro y centro-derecha no vio en Jesús Manuel Ortiz esa figura para ganar y sí vieron en Jenniffer González la única figura que podía evitar el triunfo independentista y el inicio, según Rubén Berríos, del camino hacia la independencia con Juan Dalmau. Por otro lado, en el incipiente Proyecto Dignidad, tampoco vieron en Javier Jiménez una posibilidad de triunfo. Eso hizo sal y agua el “voto por conciencia” a su favor.
Luego de las elecciones, la gobernadora electa sigue teniendo momentum, sigue teniendo popularidad alta y positiva, y debo suponer que no permitirán que nada opaque o empañe lo que ocurrirá el próximo jueves: otra histórica juramentación.
Los nombramientos de los funcionarios, de los jefes de agencia, podrían convertirse en una distracción negativa. Solo miren el caso de Donald Trump y lo que han sido sus nombramientos, lo que ha dominado la discusión. Claro, Trump es un animal mediático y tanto la prensa positiva como la negativa alimentan y engordan su ego. Le importa tres… lo que digan porque vive su reality show. Aquí es distinto porque es un electorado y una opinión pública distinta.
Debo suponer que Jenniffer González sí tiene gran parte de su equipo, los más importantes, ya seleccionados. Pero exponerlos en esta etapa, aparte de que los metería en el escrutinio y escarnio mediático, también diluiría la atención que quiere mantener sobre una juramentación con la menor controversia posible. Hay que reconocer la disciplina que se ha tenido para mantener los nombres en el anonimato, algo complicado de lograr en unas circunstancias como estas, que de tantos nombres, no se haya filtrado uno solo.
Así que repito, no me extrañaría que los nombramientos comiencen a correr con fluidez, incluso, después del Día de Reyes. Las agencias correrían en ese momento como corren hoy, por lo que eso no sería tampoco un big issue. Ya veremos.