Mireddys González, aún esposa del exponente de reguetón Ramón Ayala Rodríguez, mejor conocido como Daddy Yankee, compartió este martes una reflexión sobre el proceso de divorcio que enfrenta con el artista a través de su cuenta de Instagram.
En una extensa publicación, González destacó su deseo de mantener la privacidad que “siempre ha caracterizado su relación”, pero explicó que consideró importante expresar sus sentimientos ante las circunstancias actuales.
“Culminando el año, dedico compartir algunas reflexiones desde el corazón, no con el propósito de buscar aprobación, sino para expresar lo que siento como mujer, como profesional y como ser humano”, inició González. Además, enfatizó que la decisión del divorcio ha sido tomada con madurez y respeto mutuo, buscando lo mejor para su familia.
González agradeció las muestras de apoyo que recibió en las últimas semanas y lamentó cómo algunas notas de prensa y expresiones públicas han reducido su contribución a la carrera de Daddy Yankee. “Ha sido muy doloroso ver cómo han reducido mi aporte a unas notas de prensa especulativas y expresiones desafortunadas por parte de un equipo legal que no me conoce”, expresó.
Además, resaltó que su trabajo detrás de la figura pública de Daddy Yankee fue clave para construir un legado que trascendió fronteras. “Mi compromiso con la carrera de Ramón Ayala siempre fue genuino, basado en el amor y la convicción de que éramos un equipo”, señaló.
Asimismo, subrayó que sus contribuciones no restan al talento de Daddy Yankee, “sino que lo enriquecen, ya que juntos lograron cosas que no habrían sido posibles por separado”.
En su reflexión, González hizo un llamado a recordar que detrás de los titulares hay seres humanos atravesando momentos de vulnerabilidad. “Hoy elijo seguir adelante con dignidad, buscando justicia, equidad, pero sobre todo, paz”, afirmó. También aprovechó para reflexionar sobre sus propios errores al juzgar a otros y expresó su intención de aprender de esta experiencia.
Cerró su mensaje recordando que “la cultura del mundo a veces nos lleva a creer que somos el centro del universo, pero no son obras nuestras obras ante el mundo, sino nuestro espíritu humilde lo que nos acerca a Dios”.