WASHINGTON (AP) — Una serie de órdenes ejecutivas de amplio alcance que el presidente Donald Trump prometió para reforzar la seguridad en la frontera sur comenzaron a surtir efecto poco después de su toma de posesión el lunes, cumpliendo con su promesa política definitoria de tomar medidas enérgicas contra la inmigración no autorizada.
El gobierno de Trump dio por terminado el lunes el uso de una aplicación de frontera llamada CBP One, que ha permitido que casi 1 millón de personas ingresen legalmente a Estados Unidos con elegibilidad para trabajar.
Un aviso en el sitio web de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) justo después que Trump jurara el cargo informó a los usuarios que la aplicación que se había utilizado para permitir que los migrantes programaran citas en ocho puertos de entrada fronterizos del suroeste ya no está disponible. El aviso indicó que las citas existentes han sido canceladas.
Otras órdenes dependerán más del ejército de Estados Unidos y de redefinir quién llega a ser estadounidense. Pero la ejecución real de una agenda de inmigración tan amplia seguramente enfrentará desafíos legales y logísticos.
“Declararé una emergencia nacional en nuestra frontera sur. Todo ingreso ilegal se detendrá de inmediato, y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de los que vinieron”, sostuvo Trump entre aplausos estruendosos cuando hablaba durante su toma de posesión momentos después de ser juramentado.
Las órdenes también fueron adelantadas el lunes por un funcionario entrante de la Casa Blanca antes que Trump asumiera el cargo, y tienen como objetivo terminar el acceso al asilo, enviar tropas a la frontera entre Estados Unidos y México, suspender el programa de refugiados, obligar a las personas que buscan asilo a esperar en México y poner fin a la ciudadanía estadounidense por nacimiento. Hubo pocos detalles sobre cómo se ejecutarían específicamente estos planes amplios.
Muchos de los pasos resonaron con los anteriores durante el primer gobierno de Trump que también enfrentaron demandas. Otros, como el esfuerzo por terminar el derecho constitucional a la ciudadanía estadounidense automática para cualquier persona nacida en Estados Unidos, marcaron nuevas estrategias radicales que se espera que provoquen resistencia en los tribunales.
El funcionario habló bajo condición de anonimato para proporcionar detalles antes que se firmen las órdenes, algunas de ellas poco después de su inauguración el lunes.
Las comunidades de inmigrantes en todo el país se estaban preparando para la represión que el presidente republicano entrante había prometido durante toda su campaña y nuevamente en un mitin el domingo.
Las órdenes adelantadas fueron menos específicas sobre cómo Trump cumplirá su promesa de deportaciones masivas de al menos 11 millones de personas que ya están en el país ilegalmente. Un decreto equipará a los agentes de inmigración con las “autoridades necesarias” para hacer cumplir la ley.
Trump y sus asesores han dicho repetidamente que eliminarán las prioridades de deportación del presidente Joe Biden, que se centraron en personas con antecedentes penales y aquellos que son amenazas para la seguridad nacional, para incluir a todas las personas sin estatus legal.
El gobierno de Trump también tiene la intención de designar a los cárteles criminales como organizaciones terroristas extranjeras y apunta específicamente a reprimir a la pandilla venezolana Tren de Aragua y expulsará a esos miembros de la pandilla del país. La pandilla callejera autóctona nació en Venezuela pero se ha convertido en una amenaza incluso en suelo estadounidense y explotó en la campaña presidencial de Estados Unidos en medio de una ola de secuestros, extorsiones y otros crímenes en todo el hemisferio occidental vinculados a una masiva salida de migrantes venezolanos.
El gobierno entrante también ordenará poner fin a la liberación de migrantes en Estados Unidos mientras esperan las audiencias de la corte de inmigración, una práctica conocida como “captura y liberación”, pero los funcionarios no dijeron cómo pagarán los enormes costos asociados con la detención.
Trump ordenará al gobierno, con la ayuda del Departamento de Defensa, que “termine” la construcción del muro fronterizo, aunque el funcionario no dijo cuánto territorio cubrirá eso. Las barreras actualmente abarcan unos 720 kilómetros (450 millas), poco más de un tercio de la frontera. Muchas áreas que no están cubiertas están en Texas, incluyendo terrenos inhóspitos donde los migrantes rara vez cruzan.
Enviar tropas a la frontera es una estrategia que Trump ha utilizado antes, al igual que el presidente Joe Biden. En 2018, Trump desplegó 800 tropas en servicio activo para ayudar al personal de la Patrulla Fronteriza en el procesamiento de grandes caravanas de migrantes. Y en 2023, cuando Estados Unidos se preparaba para poner fin a las restricciones de la era de la pandemia sobre la inmigración, el gobierno de Biden envió 1,500 soldados en servicio activo a la frontera con México.
Ambas administraciones también utilizaron tropas de la Guardia Nacional a lo largo de la frontera.
El funcionario no dijo cuántas tropas planeaba enviar Trump, diciendo que eso dependerá del secretario de Defensa ni cuál será su papel cuando lleguen allí.
Históricamente, los soldados se han utilizado para respaldar a los agentes de la Patrulla Fronteriza, que son responsables de asegurar la frontera de casi 2,000 millas que separa Estados Unidos de México y no en roles que los pongan en contacto directo con los migrantes.
Los críticos han dicho que enviar tropas a la frontera manda la señal de que los migrantes son una amenaza.