Friday, February 7, 2025
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El derecho a decidir: Derechos reproductivos y la fe

Como cristiana, miembro de la Mesa de Diálogo Martin Luther King Jr. y Ministra jubilada de la Iglesia Presbiteriana (EEUU) apoyo, en mi carácter personal, el derecho a decidir de las mujeres respecto a nuestros derechos reproductivos.

Los Presbiterianos y las Presbiterianas de EEUUA hemos estado lidiando/discutiendo por largo tiempo sobre el asunto del aborto y el derecho a decidir por parte de la mujer y, la postura denominacional, ha ido variando desde su primer pronunciamiento en el 1869 donde se consideró “con aborrecimiento la destrucción por parte de los padres de su propia descendencia, antes del nacimiento”, hasta la 220ª Asamblea General (2012) que afirmó que “ninguna ley debería sancionar ninguna acción destinada a dañar o acosar a aquellas personas que contemplan o deciden abortar”. Finalmente, la Constitución de la IP (EEUU) establece que “sólo Dios es Señor de la conciencia” y que Dios ha dotado a todos los seres humanos con la libertad de conciencia moral para tomar decisiones. Esto no es menos cierto para quienes tomamos decisiones sobre si tener o no hijos y cuándo tenerlos.

En resumen, las áreas de acuerdo sustancial sobre la cuestión del aborto en la IP (EEUU) son las siguientes:

· Afirmamos la capacidad y responsabilidad de las mujeres, guiadas por las Escrituras y el Espíritu Santo, en el contexto de sus comunidades de fe, para tomar buenas decisiones morales con respecto a embarazos problemáticos.

· La decisión de una mujer de interrumpir un embarazo puede ser una decisión moralmente aceptable, aunque ciertamente no es la única ni la necesaria. Las posibles circunstancias justificantes incluirían indicaciones médicas de deformidad física o mental grave, concepción como resultado de violación o incesto, o condiciones bajo las cuales la salud física o mental de la mujer o del niño esté gravemente amenazada.

· Nos preocupan los abortos que parecen ser elegidos sólo por conveniencia o para aliviar la vergüenza. Afirmamos que el aborto no debe utilizarse como método anticonceptivo.

· El aborto no es moralmente aceptable sólo para la selección del género o únicamente para obtener partes fetales para trasplante.

· Rechazamos el uso de violencia y/o lenguaje abusivo ya sea en protesta o apoyo al aborto.

· Afirmamos que toda vida es preciosa para Dios, que debemos preservarla y protegerla. Por ello, el aborto debe ser una opción de último recurso.

· La comunidad cristiana debe preocuparse y abordar las circunstancias que llevan a una mujer a considerar el aborto como la mejor opción disponible. La pobreza, las realidades sociales injustas, el sexismo, el racismo y las relaciones jerarquizadas pueden hacer que una mujer sea prácticamente impotente para elegir libremente.

Afirmamos lo que plantea la Breve Declaración de Fe (1983) de la IP (EEUU): “En la vida y en la muerte, pertenecemos a Dios”. La vida es un regalo de Dios, aunque no sepamos exactamente cuándo comienza y tengamos una comprensión imperfecta de Dios como el dador de la vida y de nuestra propia existencia humana. Así mismo, reconocemos que la vida es preciosa para Dios y debemos preservarla y protegerla. Sin embargo, en el ámbito de los derechos reproductivos, especialmente entre niñas y jóvenes, nuestra comprensión debe derivarse tanto de las Escrituras y la Tradición Reformada como a la luz de la ciencia, la experiencia humana y la razón guiada por el Espíritu Santo. Estamos hechos a imagen de Dios, por ello los seres humanos somos agentes morales, dotados por el Creador de la capacidad de tomar decisiones. Sin embargo, reconocemos que las personas no siempre tomamos decisiones morales por lo que el perdón es fundamental para nuestra fe. Dios es el único Señor de la conciencia, no el Estado ni la Iglesia. Como comunidad, la iglesia tiene que desafiarnos a ejercer la libertad de conciencia moral de manera responsable.

Tomando esto en cuenta, deseamos dejar asentada nuestra oposición ante la aprobación por descargue del Proyecto del Senado 495 el 3 de febrero de 2025, el cual propone requerir la intervención de, al menos, uno de los padres con patria potestad o del custodio legal de la menor para otorgar consentimiento informado por escrito antes de que se realice la terminación de su embarazo. Exhortamos a la Cámara de Representantes a no aprobar dicho Proyecto y a la Gobernadora a no firmarlo. Concurrimos con las diversas organizaciones que han rechazado la medida ya que puede reducir el acceso a abortos seguros para menores de edad, principalmente cuando el violador o el adulto que abusa es parte de su familia o cercano a ésta, y donde se quita autoridad al criterio médico. La vida, integridad física y la salud emocional de la menor de edad debe ser prioridad y no los intereses ideológicos-teológicos fundamentalistas.



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