Thursday, February 13, 2025
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El costo de vivir juntos: el amor y la convivencia en tiempos de inflación

El amor tiene muchas formas de manifestarse, pero hay un hito que marca un antes y un después en toda relación: el momento en que dos personas deciden compartir un hogar. En tiempos cuando el panorama económico es retante, vivir juntos es más que una prueba de amor: es también un ejercicio de logística y administración financiera.

Metro Puerto Rico conversó con tres parejas que abrieron las puertas de sus vidas para compartir sus experiencias de convivencia. A cada pareja se le proveyó un rango de sueldos divididos entre tres categorías: mínimo ($10.50 a $11.50), intermedio ($12.50 a $15.50) y sobre el intermedio ($16.50 o más).

Doris Candelaria y Francisco Maldonado se conocieron cuando tenían apenas 15 y 14 años, respectivamente, en una playa. Desde aquel primer encuentro, sintieron una conexión instantánea que, con el tiempo, se transformó en amor. En la actualidad, con 28 y 27 años de edad, llevan aproximadamente dos años de casados y, hace tres años, viven juntos en San Juan.

De hecho, desde sus etapas universitarias, la pareja comenzó a ahorrar no solo para su boda, sino también para conseguir su propio apartamento en la capital. Ahora, dividen sus gastos, según las ganancias de cada uno. Candelaria es cofundadora de Insu Health Design, una empresa que diseña refrigeradores para medicamentos, y cuenta con dos empleos, lo que totaliza a un sueldo por encima del intermedio. Mientras, Maldonado es agente de servicio al pasajero, con un sueldo intermedio, y estudiante a tiempo completo.

Candelaria, por tener tres trabajos, tomó la responsabilidad de pagar el auto y la hipoteca, mientras Maldonado paga las utilidades y la compra de alimentos. Para ambos, este año ha sido uno económicamente retante.

“Gastamos nuestros ahorros en casarnos y comprar el apartamento. Yo dejé de ganar dinero de Insu porque unas cosas se atrasaron en el trabajo, y entonces pues eso nos dificultó bastante económicamente este año. Tuvimos que hacer un montón de sacrificios en términos de que no hemos viajado. Hemos tenido que cortar un montón de gastos”, compartió Candelaria.

Por su parte, Maldonado confesó que la convivencia cambió sus prioridades financieras. Aunque es un fanático de los carros, evita gastar dinero en la compra de piezas o en salidas amistosas, y se enfoca en saldar cuentas pendientes. La pareja, además, destina aproximadamente $400 mensuales a utilidades.

“Ahora es más importante pagar el agua y la luz y el internet, que ir a beber con los panas míos o comprarle algo al carro, que en verdad no hace falta”, dijo.

Frente a los desafíos económicos actuales, Candelaria decidió realizar su maestría en Estados Unidos, lo que los ha llevado a planificar una mudanza por dos años. Durante este tiempo, Maldonado buscará una “mejor oportunidad de empleo”. Su objetivo a largo plazo es regresar a Puerto Rico y adquirir una casa en Manatí, el municipio natal de ambos.

Amor en la era digital

Dayanis Colón y Gabriel Asencio, de 23 y 24 años, respectivamente, han construido una relación de cuatro años, de los cuales tres han compartido bajo el mismo techo. Su historia comenzó en redes sociales, cuando Colón adquirió un collar de la marca PHIJI, creada por Asencio, y lo publicó en su perfil.

Esta, asociada minorista y estudiante universitaria, y Asencio, diseñador gráfico, ya sabían con anterioridad lo que es la convivencia con roommates. Colón añadió que haber tenido esa experiencia ayudó a adaptarse a su pareja.

“Antes de que te mudes con tu pareja, recomiendo que puedas vivir solo, aunque sea con una amiga, ya que se crea esa experiencia de cómo convivir con alguien. Es súper necesario, y en verdad siento que eso fue una de las mejores cosas que me pudo haber pasado, yo tenía esa base”, comentó Colón.

En términos económicos, han optado por un método de “50/50”, mitad y mitad en todo, incluyendo utilidades. De hecho, confesaron que tienen el privilegio de no pagar renta debido a la ayuda de familiares de Asencio, quienes les construyeron un hogar en el primer piso de una casa de un familiar en Trujillo Alto. Aun así, la pareja invierte alrededor de $800 mensuales en utilidades, incluyendo la compra de alimentos. Ambos devengan un sueldo intermedio.

“Pienso que, para nuestra edad, y para Dayanis estar part-time (tiempo parcial) y yo full-time (tiempo completo). Nosotros hemos viajado, hemos hecho todo, nunca nos ha hecho falta algo. Por eso es que digo que no me puedo quejar, en verdad. Y no pagamos renta, eso es el factor que define que nuestra vida no es normal. Son mil pesos, al mes, menos”, reconoció Asencio.

Décadas de convivencia

Ivonne Vázquez y María Navarro, ambas de 64 años y quienes han optado por usar nombres ficticios para proteger su identidad, han estado juntas por tres décadas y están casadas desde 2022. Se conocieron en el trabajo, en un momento en el que Navarro se encontraba casada con un hombre. Sin embargo, su amor por Vázquez cambió su vida por completo.

“Empecé a mandarle mensajes hasta en el anonimato, hasta que me descubrió y empezamos a salir”, contó Navarro. Poco después de su divorcio, tocó la puerta de Vázquez con los papeles en mano.

“Aquí está la demanda de divorcio”, le dijo. Desde entonces, comparten un hogar en San Juan. Para Vázquez, lo más bonito de la convivencia ha sido la compañía.

“A mí siempre me ha gustado tener compañía, así que para mí ha sido excelente tener a María como compañera”, detalló.

El matrimonio tiene cuentas personales y una compartida que es solo para ahorros. Los gastos en el hogar son divididos un “40/60”, Vázquez siendo la parte que paga más. Ambas gozan de un sueldo sobre el intermedio: Vázquez como ingeniera civil y Navarro como servidora pública del gobierno.

“Cada una tiene una cuenta independiente. Yo no me meto en sus finanzas ni ella se mete en las mías. Tenemos una cuenta en común, que es la cuenta de ahorros, donde esa cuenta no se toca. Ella deposita, yo deposito. Yo tengo unos gastos, por ejemplo. Hay unas cuentas que ella paga y hay unas cuentas que yo pago. En cuanto a lo que son las utilidades, TV, luz, casa, se comparte. Pero el carro de ella lo paga, el carro mío lo pago yo”, describió Vázquez.

En torno a “gustitos” y salidas, dejó saber que se trata de gastos independientes. Sin embargo, confesaron que pueden fácilmente gastar unos $1,000 en un fin de semana.

“Somos independientes en lo económico, pero siempre compartiendo. Por ejemplo, salimos a comer, pues un día pago yo, un día paga ella. Cuando viajamos, una paga los pasajes, otra paga el hotel”, continuó.

Debido a su larga trayectoria de convivencia, se encuentran en una etapa donde cualquier discusión tiene arreglo. Según la ingeniera civil, el dinero nunca ha sido motivo de tensión.

“Curiosamente, nunca hemos peleado por dinero. Nunca hemos tenido ninguna diferencia o motivo de tensión por el dinero en la relación. Tampoco, gracias a Dios, hemos tenido problemas con que los cobradores estén detrás de nosotros. El dinero nunca nos ha faltado”, comenzó Vázquez.

“Al contrario, ella es muy buena administradora”, interrumpió Navarro. “Siempre ha estado en abundancia y nunca ha tenido ningún problema en lo económico”.

Sin embargo, ambas reconocieron que el costo de vida en Puerto Rico es elevado y que, aunque han logrado estabilidad económica, siempre están atentas a sus gastos.

En efecto, Vázquez cree que la experiencia de vivir en la isla prepara a cualquier persona para enfrentar la economía de cualquier otro lugar.

“Siempre he dicho que cualquier persona que vive en Puerto Rico puede vivir en cualquier parte del mundo. Puerto Rico es caro, lo reconozco, y obviamente, dentro de lo que gasto o de lo que gastamos siempre estamos pendientes. Sabemos hasta dónde podemos llegar”, explicó.

Los constantes aumentos en los precios han llevado a la pareja a ser más estratégica con su dinero, construyendo un plan de tres etapas: se pagan las deudas, se ahorra y luego se gasta en “lo que nos dé la gana”. A pesar de esto, el matrimonio defiende que el amor a base del compromiso y la libertad es suficiente para seguir luchando por la convivencia.

“Tiene que haber amor, tiene que haber compromiso […] Nunca permitas, como pareja, jamás, que no te dejen ser tú misma. Si tú no te sientes libre dentro de tu misma pareja, si tú no puedes ser tú misma en todas partes, esa persona no es”, concluyó Vázquez.



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