La ciencia nos puede entregar situaciones que parecen sacadas de una película futurista pero, en este caso, con sabor a hierbabuena: Investigadores de la Universidad de Pensilvania lograron crear un chicle con superpoderes antivirales.
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Esta goma de mascar, elaborada con una proteína natural presente en los frijoles lablab (sí, esos frijoles que probablemente no sabías que existían), demostró una eficacia impresionante al neutralizar virus como la gripe y el herpes simple antes de que puedan hacer de las suyas.
Chicle + frijol = barrera antiviral portátil
La clave de este invento es una proteína llamada FRIL, encontrada en las habichuelas lablab. Cuando se incluye en un chicle, FRIL actúa como un filtro biológico: se une a los virus presentes en la boca, los aglomera y les impide infectar células o propagarse a otras personas.
La proteína no solo es efectiva, sino que sigue funcionando incluso después de estar guardada más de dos años a temperatura ambiente. Esto convierte al chicle en una alternativa práctica frente a los tratamientos que requieren refrigeración o preparación médica.
Resultados que dan para masticar tranquilo
En pruebas de laboratorio, este chicle logró bloquear más del 95 % de partículas virales, incluyendo dos cepas de gripe (H1N1 y H3N2) y dos tipos de herpes simple. Y todo esto tras solo 15 minutos de masticado. El chicle libera lentamente el FRIL durante el proceso, por lo que podría ofrecer protección prolongada a lo largo del día.
No es la primera vez que este equipo trabaja con chicles de laboratorio: ya habían desarrollado uno contra el COVID-19, también con resultados prometedores.
¿Una solución práctica a problemas globales?
El herpes simple afecta a más de 2 mil millones de personas en el mundo, mientras que la gripe estacional hospitaliza a millones cada año. Aunque existen vacunas, su eficacia es variable y muchas personas simplemente no se vacunan.
Además, los frijoles lablab son ricos en nutrientes, fáciles de cultivar y han sido parte de la dieta humana desde hace siglos. ¿Quién diría que también podían salvarnos de un virus?
¿Qué falta para que podamos comprarlo en farmacias?
El chicle aún necesita superar ensayos clínicos antes de llegar a los estantes. Pero su método de fabricación es sencillo y no requiere calor ni procesos complejos, lo que abre la puerta a una producción accesible y a gran escala.
En paralelo, el equipo planea aplicar esta tecnología a otros productos, incluyendo alimento para aves para combatir la gripe aviar.
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Si todo sale bien, podríamos estar a punto de sumar un nuevo ritual a la temporada de resfriados: vacunarse, abrigarse y, por qué no, masticar un chicle a base de frijoles que combate virus desde la boca. Porque, al parecer, el futuro de la medicina también se puede saborear.