Una presentación del exponente urbano puertorriqueño, Eladio Carrión, en República Dominicana fue propuesta tras el trágico suceso que se vivió esta semana en el vecino país donde murieron más de 200 personas en la discoteca Jet Set.
A través de un comunicado de prensa, el productor del evento Gamal Haché, indicó que la presentación en el Anfiteatro de Altos de Chavón, que se llevaría a cabo el sábado 19 de abril, fue pospuesta para el 31 de mayo.
“En atención al doloroso acontecimiento que afecta nuestro país, Eladio Carrión y Gamal informan la postergación del concierto programado para este 19 de abril en Altos de Chavón. El evento ha sido reprogramado para el 31 de mayo del 2025 en el mismo recinto. Los boletos adquiridos mantendrán su validez para la nueva fecha. Este suceso ha dejado una huella de dolor en nuestra sociedad, acompañamos a quienes hoy enfrentan este difícil momento”, lee la comunicación.
La presentación había sido anunciada como parte de la celebración del 50 aniversario de Casa de Campo en República Dominicana y parte de las presentaciones musicales que se llevan a cabo en la Semana Santa.
53 horas frenéticas en busca de sobrevivientes tras derrumbe de icónico club dominicano
La caída del techo del legendario club nocturno Jet Set en Santo Domingo ha sumido a la República Dominicana en luto.
Las autoridades dicen que el desastre ocurrido el martes en la madrugada causó la muerte de 222 personas y dejó a más de 200 heridas. Casi dos docenas permanecen hospitalizadas, varias de ellas en estado sumamente grave.
La mayor tragedia que ha golpeado a la República Dominicana en la historia reciente ha suscitado preguntas sobre la seguridad de la infraestructura en la capital y más allá. Aunque las autoridades han dicho que es demasiado pronto para determinar por qué se cayó el techo, el gobierno ha creado un equipo técnico para investigar el caso.
A continuación presentamos una cronología de lo que sucedió:
Lunes, 7 de abril
Era un “Lunes de Jet Set”, el día en que los músicos de merengue tocaban en el club cada semana.
Ese día, el aclamado cantante Rubby Pérez debía subir al escenario a las 9 de la noche. En el típico estilo latinoamericano, la música no comenzó sino hasta las 11:50 de la noche, según su manager, Enrique Paulino.
Cuando empezó a sonar la música, más de 400 personas dentro del club aplaudieron al cantante conocido por éxitos como “Volveré” y “El Africano”.
Martes, 8 de abril
A la mitad de la presentación de Pérez comenzó a caer polvo del techo en las bebidas de las personas. Minutos después, el techo de concreto se desplomó sobre la multitud.
A las 12:44 de la mañana, el sistema de emergencia 911 del país recibió la primera de 102 llamadas ese día, según Randolfo Rijo Gómez, director del sistema.
Dos minutos después, a las 12:46 de la mañana, Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia de Montecristi y hermana del beisbolista Nelson Cruz —siete veces integrante del Juego de Estrellas de las Grandes Ligas—, llamó al presidente Luis Abinader.
“Mande a todas las gentes para acá. Mande a todas las ambulancias’”, le pidió Cruz a Abinader, según narró el mandatario a los periodistas.
Cruz fue rescatada, pero murió en el hospital a causa de sus heridas.
Noventa segundos después de que se recibió la primera llamada al 911, llegó la policía. Ocho minutos después de esa llamada llegaron las primeras unidades de rescate.
En menos de 25 minutos, las autoridades activaron a 25 soldados, siete brigadas de bomberos y 77 ambulancias, indicó Gómez.
Desplegaron perros, cámaras termográficas y decenas de equipos especializados.
En su primera conferencia de prensa sobre el desastre, el director de operaciones de emergencia, Juan Manuel Méndez, informó que al menos 13 personas habían muerto y más de 70 estaban heridas.
Para esa tarde, el número de víctimas había aumentado a 58. Más de 100 personas habían acudido a donar sangre en diferentes centros de la capital.
Mientras tanto, una multitud de personas ansiosas de noticias de sus seres queridos se agolpó alrededor de los restos del club, obligando a las autoridades a tomar un megáfono y pedir que hicieran espacio para las decenas de ambulancias.
Las víctimas identificadas ese día incluyeron a los beisbolistas Octavio Dotel y Tony Enrique Blanco Cabrera, los cuales habían jugado en las Grandes Ligas; Luis Solís, el saxofonista que estaba tocando en el escenario cuando el techo se vino abajo; y el hijo del ministro de obras públicas.
Al final del día, las autoridades anunciaron que el número de víctimas había aumentado a 98. El último sobreviviente fue encontrado temprano esa tarde.
Miércoles, 9 de abril
En las horas previas al amanecer, arribaron equipos de rescate de Puerto Rico e Israel para ayudar a los funcionarios locales a buscar sobrevivientes y víctimas.
Se escuchó un grito colectivo cuando Méndez, el director de operaciones de emergencia, confirmó que habían encontrado el cuerpo de Rubby Pérez.
El número de víctimas se elevó a 184 mientras decenas de personas se encontraban en hospitales y en el instituto forense del país en busca de sus seres queridos.
Se llevaron a cabo velorios para Dotel y Pérez en la tarde, a los cuales acudieron cientos de personas a ofrecer sus condolencias. Entre ellos estuvo Pedro Martínez, lanzador miembro del Salón de la Fama de las Grandes Ligas, quien dijo conocer a unas 50 personas que murieron en Jet Set.
Se determinó que más de 20 víctimas provenían de Haina, la ciudad natal de Pérez, ubicada al suroeste de Santo Domingo. Su alcalde indicó que las autoridades ofrecerían servicios funerarios gratuitos a las familias.
Por la noche, el gobierno anunció que pasaba a una fase de recuperación centrada en encontrar cuerpos.
Jueves, 10 de abril
El gobierno celebró un homenaje a Pérez en el Teatro Nacional de Santo Domingo al que asistieron cientos de personas, incluido el presidente del país y el superestrella del merengue Juan Luis Guerra.
Mientras el ataúd era llevado a la carroza fúnebre, la multitud soltó globos blancos y cantó espontáneamente “Volveré”.
Mientras tanto, funcionarios en Haina realizaron un velorio para al menos 10 víctimas. Los dolientes se agolpaban alrededor de cada ataúd para dar su último adiós.
Ya avanzada la mañana, el director de operaciones de emergencia anunció que los equipos habían terminado de buscar víctimas y posibles sobrevivientes después de trabajar durante 53 horas continuas. A Méndez se le quebró la voz mientras hablaba, y dijo que se había tratado de “la tarea más difícil que he tenido durante 20 años”.
Las autoridades retiraron maquinaria pesada, empacaron su equipo y desalojaron a las personas del área mientras fumigaban el edificio.
Los equipos habían rescatado a 189 personas vivas de los escombros.
Esa tarde, el portavoz del presidente, Homero Figueroa, anunció que se crearía un equipo técnico para determinar qué provocó que el techo se desplomara, y señaló que estaría formado por expertos nacionales e internacionales.
Viernes, 11 de abril
Una intensa lluvia caía mientras decenas de personas permanecían afuera del instituto forense del país, todavía con mascarillas mientras se quejaban del olor y exigían recibir los cuerpos de sus seres queridos.
Una pantalla instalada cerca mostraba los nombres de las víctimas en diferentes colores. Aquellos en negro significaban que los cuerpos estaban listos pero nadie los había recogido, mientras que los que estaban en verde significaban que los familiares los habían identificado.
Debajo de una lona, funcionarios del gobierno se reunieron con familiares que presentaron documentos oficiales de sus seres queridos para recoger sus restos.
Entre los que aguardaban en el instituto forense estaba Carlos Severino, quien perdió a sus tres hijos: Dianny Escarlet Severino, de 31 años; Diego Armando Severino, de 27; y Mariani Escarlet Severino, de 23.
En entrevista telefónica, Severino indicó que los tres eran trabajadores, honestos y serios.
“Describirte a Dianny era como describirte un ángel. Mariani era la alegría de la casa. Diego un muchacho tesonero, trabajador”, declaró, y comenzó a sollozar.
Los médicos que tratan a los heridos en hospitales públicos informaron que varios de ellos están sumamente graves.
El doctor Julio Landrón dijo que muchos de ellos tendrán lesiones permanentes, que van desde parálisis hasta un dedo dañado.