Thursday, April 24, 2025
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Saturación de pacientes atropella logística de traslados a Hospital Universitario de Adultos

De los miles de pacientes que recibe el Hospital Universitario de Adultos (UDH) en Centro Médico al año, cientos son admitidos tras ser trasladados, a través del Departamento de Manejo de Camas de UDH, para atención médica especializada que no pudieron recibir en otras instituciones hospitalarias por falta de equipo necesario.

Según las estadísticas de UDH provistas a Metro Puerto Rico, entre 2019 y 2024, un promedio de 110 pacientes anuales fueron aceptados vía traslado, lo que representa un 80% de aceptación de solicitudes que son evaluadas por los médicos.

La admisión depende del juicio clínico del galeno que lo acepta, la severidad de la condición y la disponibilidad de servicios de camas, aseveró el doctor Efraín Rivera Vázquez, gerente de Manejo de Camas, que funge como enlace entre hospitales y se compone de siete a ocho empleados.

El porcentaje restante, o una de cada cinco solicitudes, son peticiones desviadas por UDH, ya sea porque no tienen el equipo necesario, el hospital que solicita el traslado ya cuenta con el servicio de tratamiento o el paciente no toleraría la transportación por su condición delicada, contaron, previo a la transición de gobierno, Rivera Vázquez y el ex director ejecutivo de UDH Jorge Matta González, junto a la doctora Luz Félix Colón, asesora del departamento.

Pero los traslados típicamente no corren la mayor premura porque la prioridad tiende a recaer en pacientes quirúrgicos, seguido por pacientes de la Sala de Emergencias de la Administración de Servicios Médicos (ASEM), que también funge como la de UDH.

“Obviamente, va a depender del caso en sí, porque hemos visto transfers (traslados) externos que literalmente se le brinca a todo el mundo”, expuso Matta González. Las condiciones más comunes para los traslados, según un listado que entregó, son hemorragias intracraneales, abscesos nasofaríngeos, sangrados intestinales, reemplazos de caderas, lupus, leucemia y una enfermedad poco común: el síndrome de Stevens-Johnson.

“No es lo mismo una persona que esté con una emergencia debido a [riesgo de] muerte, que tú sepas que lo tienes que traer en el momento, o una persona que se vaya a dar un tratamiento más prolongado y tú le puedes decir [que] está aceptado, pero [que] no venga ahora”, añadió.

Rivera Vázquez y Félix Colón coincidieron con Matta González en que la disponibilidad de camas es uno de los mayores retos para acomodar al paciente, por lo que habilitarlas se convierte en un desafiante juego de Tetris.

“Cuando decimos Tetris, el hospital está dividido por servicios. O sea, medicina interna, neurocirugía, ortopedia. Neurocirugía tiene un intensivo [y] un intermedio. Si ese paciente está en intensivo, a lo mejor, tú puedes decir: ‘Este paciente está lo suficientemente estable para bajarlo a un intermedio’. Si tú quieres traer a otro paciente a un intensivo, pues entonces baja a este”, expresó el pasado director, cuya posición hoy es ocupada por el doctor Regino Colón Alsina, quien no estuvo disponible para reaccionar al cierre de esta edición.

El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, Carlos Díaz Vélez, planteó que, desde su perspectiva, la mayor dificultad de los traslados es la logística entre un hospital y el otro, así como la disponibilidad de camas en la institución que reciba al paciente, porque “están saturados”.

“Cuando ocurre [el traslado], no es de minutos. El problema es el tiempo. Se tarda medio día, un día, el tiempo de un hospital a otro. El hospital no te va a aceptar si no tiene cama o espacio para ser transferido. La buena intención es transferirlo, pero si el hospital no tiene cupo, ahí está la dificultad”, sostuvo.

El gerente del departamento aseguró, no obstante, que en UDH “nunca” se rechaza un paciente por falta de disponibilidad de cama.

“Eso no va una cosa con la otra. La severidad y la intensidad va por encima. Aquí nunca se paró un traslado del paciente porque tuviese COVID o tenga influenza o tenga un micoplasma. O sea, aquí, si el paciente requiere el cuidado y nosotros le podemos cubrir esa intensidad que tiene y esa seguridad, se va a aceptar”, puntualizó Rivera Vázquez.

Según la Ley de los Derechos y Garantías de Asistencia en Hospitales en Casos de Emergencias Médicas (Ley 35 del 1994), un traslado es “adecuado” cuando el hospital que lo acepta tiene espacio disponible, personal cualificado y recibe todos los récords médicos del paciente. El Reglamento para la Construcción, Operación, Mantenimiento y Licenciamiento de los Hospitales en Puerto Rico (Reglamento 9184) también dispone que todo hospital debe llevar registro de sus traslados y qué información es pertinente para efectuarlo.

Jugando “papa caliente” con los pacientes

Los médicos en UDH narraron también que se han topado con casos tan severos que aceptar ese traslado no es una alternativa viable.

“Cuando no lo aceptan, es que muchas veces la cosa toma otro giro. No necesariamente es porque no haya cama disponible. Ocurre muchas veces que, a lo mejor, el médico o el personal en otro hospital le vende [al paciente] como que el Centro Médico le va a salvar la vida […] y cuando los médicos acá ven el caso, pues de primera intención, dicen: ‘Desgraciadamente, para este paciente no se puede hacer nada”, declaró Matta González, quien dirigió el Hospital Universitario de Adultos desde principios de los 2010.

La asesora Félix Colón mencionó que ha desviado algunas solicitudes de traslado luego de instruir al personal médico de los servicios disponibles en su centro hospitalario para tratar al paciente y evitar movilizarlo a Centro Médico. “Entre las redes [de hospitales], pasa mucho, pero yo los oriento [sobre sus propios servicios]”, acotó.

No obstante, los datos de UDH reflejan que, entre 2019 y 2024, la mayoría de los pacientes que aceptaron provenían de los sistemas hospitalarios Doctors’ Center, que cuenta con localidades en Manatí, Dorado, Carolina, Bayamón y San Juan, y Metro Pavía, que es el conglomerado más grande, con 13 hospitales en todo Puerto Rico.

Matta González también reconoció que hay hospitales que intentan trasladar pacientes porque se les agotó la cubierta del plan médico y no tienen apoyo familiar; no por un asunto clínico.

“Se va a convertir en un caso social, pues tratan de salir de ellos rápido. Y cuando llega acá, tú dices: ‘¿Y qué hago yo con el paciente ahora?”.

Matta González recordó un paciente de las Islas Vírgenes, cuyo plan se había agotado tras dos meses de tratamiento inefectivo, y buscaban trasladarlo a UDH. “No vas a hacer nada diferente acá. No es que uno no quiera aceptar, es que literalmente tienes unos pacientes en sala de emergencias esperando, tienes otros pacientes en otras instituciones también esperando, o sea, las camas no son ilimitadas”.

Reafirmó que, de todas formas, aceptan pacientes sin plan médico y ofrecen el servicio, pues es un requisito médico legal, dispuesto por la Ley Federal de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo de Parto Activo (Emtala, en inglés).

“Mientras más grande el hospital y más especializado, van a recibir situaciones así”, planteó.



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