La Corte Suprema declaró el martes que permitirá al gobierno de Trump implementar su política que prohíbe a las personas transgénero servir en el ejército mientras avanzan los procedimientos legales.
El alto tribunal acordó suspender una orden de un tribunal inferior que impedía al gobierno implementar su prohibición a nivel nacional. El Departamento de Justicia solicitó una medida cautelar al Tribunal Supremo después de que un tribunal federal de apelaciones mantuviera vigente la orden judicial de dicho tribunal de distrito. Las juezas Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson dijeron que denegarían la solicitud del gobierno.
La política se deriva de una orden ejecutiva que el presidente Trump firmó en enero dirigida a militares en servicio activo y potenciales con disforia de género. La medida afirmaba que los altos estándares militares en cuanto a preparación, letalidad, cohesión, honestidad, humildad, uniformidad e integridad de las tropas son incompatibles con las restricciones médicas, quirúrgicas y de salud mental impuestas a las personas con disforia de género.
La directiva de Trump establecía que “la adopción de una identidad de género incompatible con el sexo de un individuo entra en conflicto con el compromiso del soldado con un estilo de vida honorable, veraz y disciplinado, incluso en su vida personal. La afirmación de un hombre de ser mujer y su exigencia de que los demás respeten esta falsedad no es coherente con la humildad y el altruismo que se exigen a un miembro del servicio”.
SPARTA Pride, una organización sin fines de lucro que representa a militares transgénero, veteranos y sus simpatizantes, ha cuestionado esta caracterización, afirmando: “Las personas transgénero estadounidenses han servido abierta y honorablemente en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos durante casi una década. Miles de soldados transgénero prestan servicio actualmente y están plenamente cualificados para los puestos que desempeñan”.