El gato es uno de los dos animales domésticos más populares del mundo. Sin embargo, su historia en la Tierra tiene, como cualquier especie, un antepasado silvestre. Es por eso que arqueólogos y científicos en general se debaten en encontrar el momento exacto en el que estos felinos se volvieron mascotas de los humanos.
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La ciencia en general tenía la teoría de que los gatos, en su constante caza de roedores para alimentarse, se acercaron solos a los humanos y, poco a poco, se fueron domesticando. Pero recientes estudios arqueológicos encuentran otro motivo relacionado a un aterrador culto religioso.
Una investigación impulsada por científicos europeos encuentra que la momificación de millones de gatos, en el Antiguo Egipto como parte de ofrendas a los dioses, colaboró con la domesticación de los felinos.
De acuerdo con lo que reseña National Geographic, la transformación de los gatos silvestres a mascotas ocurre como punto de inflexión en la adoración de la diosa Bastet, representada con una cabeza de gato después de su muerte.
La evidencia genética de la domesticación de los gatos se remonta a hace 3.000 años, fecha que coincide con la época en la que Bastet era venerada por los faraones y el pueblo egipcio.
Debido a que esta diosa era relacionada a los gatos, en el Antiguo Egipto se realizaban sacrificios y momificaciones de millones de felinos. También, en muchos hogares criaron gatos para verse favorecidos por la bondad de la figura de Bastet.
El medio antes citado informa que los científicos estiman que más de 70 millones de animales en la Antigua Egipto, incluidos los gatos.
“Esto habría proporcionado el contexto para la relación más estrecha entre las personas y los gatos que condujo a la domesticación del gato montés, motivada por su recién adquirido estatus divino“, dijeron los expertos en su investigación.