Un informe de la Oficina del Contralor sobre las operaciones fiscales del Centro de Servicios al Conductor (CESCO) reveló múltiples irregularidades en el manejo de multas, posible fraude en el cambio de estatus y la pérdida de 50 millones en ingresos.
El documento indica que no se cobraron $47.9 millones de 543,711 multas sin corregir para el año 2019 debido a errores en el sistema y la falta de personal para procesarlas. El Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) contrató una empresa por $350,000 para trabajar las multas, pero el 90 por ciento de los boletos no pudo corregirse por ser ilegibles.
En una muestra de 42 facturas por $6 millones, el 69 por ciento fue certificado por personal ajeno al proceso de digitalización, y el 31 por ciento se pagó sin hojas de control firmadas. Además, auditores del Contralor encontraron cambios de estatus de multas sin evidencia de pago y casos en los que operadores invalidaron sus propias multas o las de otros empleados fuera del horario laboral.
La Contralora identificó 19 operadores que cambiaron el estatus de 129 multas de forma irregular y alteraron otras 2,290 multas por $83,100 fuera de la muestra examinada. El informe señala que estas acciones fueron referidas al Departamento de Justicia y a la Oficina de Ética Gubernamental en febrero de 2022.
El DTOP confirmó en diciembre de 2024 la destitución de un empleado del CESCO Metropolitano y la intención de destituir a tres empleados de los CESCO de Bayamón, Caguas y Minillas.
La auditoría también reveló que entre el 48 y el 68 por ciento de las 921,322 multas de AutoExpreso emitidas entre 2016 y 2018, equivalentes a $29.2 millones, no se cobraron por falta de mecanismos para identificar a conductores de vehículos arrendados.