Un estudio científico ha puesto en alerta a millones de personas: algunas de las ciudades más ricas y pobladas de Estados Unidos se están hundiendo. Y no se trata de una metáfora sobre economía o política, sino de un fenómeno físico y preocupante que ya está ocurriendo bajo los pies de millones de estadounidenses.
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Investigadores de varias universidades, con apoyo de datos satelitales, analizaron el comportamiento del suelo en 28 de las principales ciudades del país. El resultado es contundente: en 25 de ellas, más del 65% del terreno urbano muestra signos de subsidencia, es decir, un hundimiento progresivo del suelo.
Ciudades como Houston, Dallas y Fort Worth, en Texas, encabezan la lista. En algunas zonas de Houston, por ejemplo, el terreno se está hundiendo más de un centímetro al año. También figuran en el estudio Nueva York, Los Ángeles, Phoenix y Las Vegas, donde los científicos han detectado puntos críticos que podrían volverse peligrosos en las próximas décadas.
¿La causa principal? La extracción excesiva de agua subterránea. Durante años, estas ciudades han dependido de acuíferos para abastecer a millones de habitantes, industrias y cultivos. Pero esa sobreexplotación ha vaciado lentamente los depósitos subterráneos, haciendo que el suelo pierda estabilidad y comience a compactarse.
El estudio no es una predicción apocalíptica, pero sí lanza una advertencia seria: si no se actúa pronto, muchas de estas ciudades podrían enfrentar daños en infraestructuras, problemas con sus sistemas de drenaje y un riesgo creciente ante inundaciones, sobre todo en las zonas costeras que ya lidian con el aumento del nivel del mar.
Los expertos proponen medidas urgentes de planificación urbana, mejor gestión del agua y estrategias para adaptarse al cambio climático.