El servicio del Tren Urbano no volverá a la normalidad antes de finales de junio y, en el peor de los escenarios, podría tardar hasta cuatro meses en reanudarse, reveló el director ejecutivo de la Autoridad de Transporte Integrado (ATI), Josué Menéndez Agosto, durante una vista pública en la Cámara de Representantes.
La vista, liderada por el representante José Hernández Concepción, indagó sobre el incendio del pasado 14 de mayo que paralizó las operaciones del tren. Menéndez Agosto tuvo que admitir que información esencial sobre el incidente apenas le fue revelada por LUMA Energy durante la audiencia y aún no ha sido entregada formalmente a la agencia.
“Durante la vista, me enteré de la información que trajo hoy LUMA. Esa es la que necesitamos para completar el informe final”, declaró Menéndez Agosto.
El director de ATI afirmó que aún no se ha podido determinar el alcance total de los daños porque falta energizar subestaciones, incluyendo la de Bayamón, lo que impide realizar pruebas críticas al sistema. Estimó, preliminarmente, los costos de reparación entre $7 millones y $8 millones.
El evento que provocó la interrupción del servicio fue descrito como una “explosión energética” en la subestación de tracción 4, que alimenta el tercer riel del tren. Esta explosión causó daños extensos en cablería e interruptores.
En contraste, LUMA Energy —representada por la directora de asuntos de las partes interesadas, Rebeca Maldonado Morales— responsabilizó al sistema de protección de ATI por no aislar una avería en la estación Martínez Nadal. Esa falla desató problemas en líneas de distribución que afectaron a más de 47,000 clientes, incluyendo sectores de Bayamón, Cataño y Guaynabo. LUMA aseguró que no hubo fluctuaciones de voltaje fuera de parámetros normales en sus líneas de 38 kilovatios.
La falta de coordinación entre ambas agencias preocupó a los legisladores. “Esto ocurrió en la madrugada, pero pudo haber sido durante el día y causar una tragedia. La falta de comunicación entre las partes es alarmante”, señaló Hernández Concepción, quien exigió que ambas agencias entreguen informes detallados a finales de mes.
Mientras tanto, el director de operaciones de ACI-Herzog, operador del Tren Urbano, dijo que la última inspección del sistema ocurrió dos semanas antes del incidente. A pesar de las fallas, Menéndez Agosto defendió la seguridad del sistema y aseguró que los protocolos de protección respondieron de forma adecuada.
El número de usuarios se ha reducido a menos de la mitad —de 15,000 a 7,000— tras la interrupción del servicio, aunque ATI atribuye parte de esa baja a la temporada de verano.
“No es solo saber quién tuvo la culpa. Si LUMA tuvo responsabilidad, tiene que pagar. Lo importante es que no se repita y que se restablezca la confianza de los usuarios”, puntualizó el representante.