Profesionales de salud que atienden pacientes con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) advierten de la creciente población adulta mayor en Puerto Rico con el diagnóstico, que los predispone a un envejecimiento temprano.
El doctor Iván Meléndez Rivera, fundador y principal oficial médico del Centro Ararat, aseguró que, según establecen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), un adulto de 50 años con VIH se considera un paciente geriátrico.
Para 2022, el 76 % de las personas que viven con VIH eran adultos mayores de 45 años, según datos del sistema de vigilancia del Departamento de Salud compartidos en una conferencia organizada por Centro Ararat. Se espera que el aumento sea progresivo, alertó el doctor Romano Baroni, director de proyectos especiales e investigación de la clínica.
Los conversatorios, dirigidos a otras organizaciones de servicios de salud, abordaron el proceso de envejecimiento en esta población, como parte de la presentación del modelo Premier Platinum Program (PPP).
El PPP, que contó con una subvención de $973,301 de la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, en inglés), provee atención geriátrica integral y especializada para personas mayores de 50 años con VIH en Puerto Rico mediante integración de trabajadores de salud, como asistentes médicos, enfermeros y manejadores de casos; visitas médicas geriátricas; evaluaciones de salud mental y de medicamentos; y un programa educativo y de empoderamiento al paciente.
El programa se basa en las 5M —Movilidad, Mental, Multimorbilidades, Medicamentos y Más importante— de la Sociedad Americana de Geriatría. El evento de la presentación contó con la colaboración del Instituto de Adiestramiento en Gerontología de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Ciencias Médicas (RCM), la Escuela de Salud Pública del RCM, el Centro Comprensivo del Cáncer de la UPR y el Programa Ryan White Parte B/ADAP del Departamento de Salud.
Padecen condiciones crónicas más temprano
En su presentación, el geriatra Francisco Torres Lozada aportó que las condiciones crónicas, como problemas neurocognitivos, osteoporosis o lo comúnmente conocido como hígado graso, son comunes entre pacientes con VIH.
“Las condiciones crónicas se van a ver antes [que la población general] en nuestros pacientes”, apuntó el doctor.
Los determinantes comunes que aceleran el envejecimiento en esta población son el consumo de tabaco, una nutrición pobre, falta de actividad física y alcohol excesivo. Otros factores incluyen comorbilidades, fragilidad, impedimento funcional, aislamiento social y diagnóstico tardío.
Retos adicionales para proveer los servicios necesarios incluyen la poca cantidad de médicos y cuidadores disponibles para atender este grupo creciente, así como el edadismo, que se manifiesta en discrimen o estereotipos de adultos mayores. Torres Lozada recomendó atenderlos mediante educación y leyes, entre otras sugerencias.
Por su parte, la doctora en farmacia Kalumi Ayala Rivera amplió que el 94 % de los pacientes con VIH —alrededor de 17,000 en Puerto Rico— caen en la polifarmacia, que es cuando se toma cinco o más medicamentos. Incluso, las terapias antirretrovirales pueden contener más de un componente en una tableta que atiende múltiples condiciones.
Según la farmacóloga, también son más propensos a visitar una sala de emergencias por eventos relacionados a medicamentos o interacciones entre los fármacos, por lo que recomendó al profesional de salud descontinuar los medicamentos para impedir el desarrollo de una dependencia y más evaluaciones de interacción de los fármacos y de adherencia.
Joaquín A. Rosado Lebrón cubre salud para Metro Puerto Rico a través del programa Report for America.