La Universidad de Puerto Rico, Recinto Mayagüez (UPRM), otorgó un grado póstumo a Eddie Caraballo Hernández, de 21 años, quien falleció luego de un aparatoso accidente de carro junto a dos de sus amigos en Mayagüez.
Los familiares del joven recibieron durante la graduación la toga y el diploma en Administración de Empresas con una especialidad en Finanzas que se le otorgó póstumamente a Caraballo Hernández.
Dyhalmaris Hernández Torres, madre del joven, fue quien recibió la toga que su hijo tenía previsto utilizar durante la ceremonia.
El pasado 5 de diciembre de 2024, Caraballo Hernández perdió la vida junto a tres de sus amigos, al el conductor impactar un poste de alumbrado en la avenida Alfonso Valdés Cobián en dirección a la avenida Ramón Emeterio Betances, cerca de la Cervecera de Puerto Rico, en Mayagüez.
A bordo del vehículo también viajaban José Marti Rivera Rivera, de 22 años, y Josué Elías Rodríguez Arroyo, de 21 años, quienes fallecieron en el acto.
Eddie permaneció en estado crítico en el Centro Médico de Río Piedras y posteriormente, fue diagnosticado con muerte cerebral, hasta ser desconectado de las máquinas que lo mantenían internado.
José Enrique Martínez, quien viajaba en el vehículo que conducía a exceso de velocidad ahora enfrenta cargos criminales.
En la ceremonia de hoy también se otorgó grado póstumo a nivel de maestría a Noeliamar Meléndez Soler, quien en junio del año pasado murió arrastrada en el río conocido como La Planta en Arecibo.
Tras la ceremonia, Dyhalmaris compartió un mensaje a través de una publicación en la red social de Facebook.
“Mi hijo, hoy te graduaste.
No te niego que, al verte ausente en el desfile, algo en mí te buscó con desesperación. Lloré, respiré profundo… Qué raro se sintió. Se suponía que yo estaría en las gradas para verte desfilar, y seguramente gritaría de emoción. Pero no fue así. Después de sentir el dolor y la tristeza, logré sonreír.
Hoy recibí tu grado póstumo. Cuántos sueños se desvanecieron en un pestañear pero que hoy tratamos de rescatar. No te niego que esto desgarra el alma, pero hemos decidido continuar y transformar nuestro dolor. Y sí, se puede sonreír aun en medio del dolor.
Recibo con profundo orgullo tu grado póstumo, entendiendo el peso de su lema: “Antes, ahora y siempre, colegio.” Agradezco al Dr. Agustín Rullán Toro por su calidad humana, su profesionalismo y el compromiso reflejado en su equipo de trabajo. Agradecida por cada abrazo recibido hoy, por quienes nos han acompañado durante este trayecto.
Mi hijo, siempre serás colegio.
Te amé, te amo y te amaré… hasta volvernos a encontrar.
Tu Reina.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Filipenses 4:13″.