La infame “pantalla azul de la muerte” (BSOD) está lista para colgar los guantes tras casi 40 años causando miniataques de pánico a usuarios y administradores de sistemas. Microsoft anunció que, a partir de una próxima actualización de Windows 11, este símbolo clásico de fallos cederá su lugar a una versión renovada y… negra.
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Una pantalla más oscura para los mismos problemas
A ver, no nos engañemos: las computadoras seguirán fallando. Pero ahora, en vez de ser recibidos por un azul chillón con carita triste y QR, los usuarios verán una pantalla negra con un mensaje más sobrio y técnico.
Nada de adornos: solo un breve texto que indica que el sistema necesita reiniciarse, acompañado de información clave como el código de error y el controlador que causó el colapso.
Según David Weston, vicepresidente de seguridad de Microsoft, esta decisión busca brindar “información más clara” y ayudar a resolver problemas más rápidamente. En palabras suyas: “Queremos que tanto nosotros como nuestros clientes podamos ir directo al grano para arreglar el fallo”.
Un cambio que no llega solo: adiós pantalla azul, hola recuperación exprés
La nueva pantalla negra de la muerte debutará junto a una herramienta llamada Quick Machine Recovery, pensada para recuperar PCs que ni siquiera arrancan.
Todo esto forma parte de una estrategia para reforzar la estabilidad del sistema operativo, sobre todo después del caos que provocó el incidente de CrowdStrike el año pasado, en el que más de 8 millones de dispositivos Windows dejaron de funcionar —incluyendo servicios bancarios y aerolíneas.
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¿Nostalgia por el azul?
Aunque algunos puedan sentir cariño por esa pantalla azul que tantas veces los hizo temer lo peor, lo cierto es que el cambio parece un paso lógico. Con esta renovación, Microsoft da un aire más moderno y funcional a los errores de siempre.