El proyecto de ley fiscal promovido por el expresidente Donald Trump, conocido como “grande y hermoso”, regresará ahora a la Cámara de Representantes para su aprobación final, luego de que el Senado introdujera varios cambios clave y lo aprobara este lunes en una votación empatada 50 a 50, resuelta por el voto de desempate del vicepresidente J.D. Vance.
La medida, uno de los pilares de la plataforma económica de Trump, había sido previamente aprobada en la Cámara por un estrecho margen de 215 votos a favor y 214 en contra.
Durante el maratónico proceso legislativo en el Senado —que se extendió casi 27 horas bajo la modalidad conocida como “vote-a-rama”— se incorporaron enmiendas destinadas a asegurar el respaldo de sectores más moderados.
Entre los ajustes más destacados figura la creación de un fondo de 25,000 millones de dólares para hospitales rurales, una concesión que buscó suavizar el impacto de los recortes sociales.
Además, se precisaron disposiciones sobre el calendario de implementación de los recortes fiscales y se reforzaron partidas vinculadas al gasto en defensa y control migratorio.
El núcleo de la legislación permanece intacto: una reducción masiva de impuestos, incluyendo la eliminación de tributos sobre propinas y pagos por horas extra, junto con severos recortes al gasto social, en particular en programas como Medicaid y SNAP. Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), la ley recortaría más de un billón de dólares en programas sociales y aumentaría el déficit federal en 3.3 billones (trillions) durante la próxima década.
El proyecto también destina recursos sustanciales al fortalecimiento de las fronteras y la seguridad nacional. Incluye la reanudación de la construcción del muro fronterizo, la expansión de las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la creación de un sistema de defensa antimisiles.
Tres senadores republicanos —Rand Paul, Thom Tillis y Susan Collins— se desmarcaron del resto de su bancada y votaron en contra de la medida, citando los efectos adversos que los recortes sociales tendrían sobre sus electores. Aun así, el respaldo unánime del bloque demócrata, sumado al desempate del vicepresidente Vance, permitió la aprobación final en la Cámara Alta.
Donald Trump celebró el resultado como una victoria rotunda para su agenda económica y advirtió que tomará nota de los legisladores que votaron en contra del paquete. Por su parte, el empresario Elon Musk se sumó a las críticas contra la legislación, alertando que el aumento del déficit puede conducir al país a una “esclavitud por deudas”.
Trump espera firmar la ley antes del 4 de julio, como parte de su estrategia para afianzar apoyo político de cara a las elecciones presidenciales. La Cámara de Representantes deberá ahora votar nuevamente el texto con las enmiendas introducidas por el Senado, en una sesión que se anticipa igualmente reñida.