La familia de Ezra Hulett, persona transgénero de 24 años que murió el 23 de junio bajo custodia de las autoridades migratorias en República Dominicana, lanzó un llamado urgente este miércoles para repatriar su cuerpo a Estados Unidos antes de que sea cremado por las autoridades dominicanas.
La familia denunció que el caso está marcado por una cadena de negligencias y un posible intento de encubrimiento institucional.
Ezra, cuyo paradero se desconocía desde marzo, cuando se encontraba en Puerto Rico, apareció semanas después en el Centro de Detención de Personas Inmigrantes de Haina, en San Cristóbal.
Permaneció allí más de dos meses, pese a que —según admitieron las propias autoridades— se encontraba en crisis de salud mental, en estado de desorientación y con un estado emocional severamente comprometido. Aun así, en lugar de recibir atención médica o contacto consular, Ezra estuvo bajo condiciones descritas por su familia como “inhumanas y bárbaras”.
La familia clamó por repatriar el cuerpo de Ezra antes de que las autoridades dominicanas dispongan la cremación, lo que resultaría en pérdida de evidencia,
Ezra Hulett, nacida en Nueva York y con vínculos recientes en Puerto Rico, fue recluida en un pabellón masculino durante gran parte de su detención. Solo en las últimas dos semanas fue trasladada a la sección femenina del centro. El lugar ya había sido señalado por organismos de derechos humanos debido al hacinamiento, insalubridad y maltrato sistemático, denunció la familia en una campaña de recaudación en GoFundMe.
El abogado de derechos humanos Carlos Sánchez, del Consejo Nacional de Derechos Humanos de República Dominicana, presentó un recurso de habeas corpus a favor de Ezra tras conocer su situación. Sánchez denunció que la persona había sido privada de libertad sin garantías mínimas y mostró señales claras de vulnerabilidad. Pese a sus gestiones, no se logró su liberación ni atención médica a tiempo.
La familia expresó que su prioridad es lograr la repatriación del cuerpo para evitar la cremación forzada y permitir una segunda autopsia independiente. Estiman que los costos legales y logísticos para traer a Ezra a casa, realizar exámenes forenses y emprender acciones judiciales ascienden a entre $25,000 y $45,000.
“Ezra murió sola, sin atención, sin derechos, y sin protección. Es una tragedia que no debió ocurrir. Necesitamos saber la verdad y evitar que esto le pase a otra persona”, afirmaron sus allegados.