Thursday, July 10, 2025
No menu items!
HomeBad BunnyPuerto Rico se suma al auge del turismo de conciertos

Puerto Rico se suma al auge del turismo de conciertos

Puerto Rico se prepara para recibir una oleada de visitantes con motivo de la residencia del artista boricua Benito Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny. Un evento que, según académicos, podría marcar un antes y un después en el turismo cultural de la isla.

La tendencia internacional conocida como concert tourism o gig-tripping —viajar específicamente para asistir a conciertos— ha cobrado fuerza y ahora encuentra un punto de impacto local con los espectáculos del artista urbano en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, que se estiran hasta el 14 de septiembre.

Para el profesor y líder académico de Industrias Creativas de la Universidad del Sagrado Corazón (USC), Juan Gudiño Cabrera, el turismo de conciertos es un nicho en expansión dentro del mercado global de turismo musical y que tiene posibilidades de elaborarse en Puerto Rico.

“El turismo musical fue valorado en $96 mil millones en 2023, y se proyecta que alcanzará sobre los $160 mil millones para el año 2030”, explicó, basándose en el estudio más reciente de la firma Grand View Research.

Aunque reconoció que los conciertos del artista representan la primera residencia sin precedentes para la isla, Gudiño Cabrera lo comparó con fenómenos globales como el Eras Tour de Taylor Swift. Señaló que ambos artistas comparten paralelismos en la forma en que sus giras generan un impacto económico significativo, impulsan el turismo y activan múltiples sectores más allá del espectáculo en sí.

“Si yo tuviera que hacer una comparación entre el fenómeno de Taylor Swift, The Eras Tour, con Bad Bunny, en términos del impacto, la visibilidad, la planificación, la articulación de actividades, los paquetes turísticos, hay unos paralelismos bien interesantes”, dijo.

De hecho, el estudio destacó que la industria del turismo musical ha crecido significativamente en los últimos años, impulsada por eventos de alto perfil como la gira de Swift y festivales importantes como Coachella. Asimismo, señaló que esta tendencia se está marcando con más fuerza en América del Norte, donde se genera el mayor volumen de ingresos.

Por su parte, la profesora de la USC y especialista en mercadeo cultural Rosalía Ortiz Luquis enfatizó que este fenómeno representa un hito histórico y una oportunidad para repensar y establecer este modelo turístico en Puerto Rico.

“No solo es una oportunidad estratégica para conectar este turismo con el sector cultural y el desarrollo sostenible, sino también para proyectar quiénes somos como país de manera auténtica y caribeña”, dijo.

La profesora también apuntó a que el impacto se extiende más allá del evento en sí, ya que este tipo de turistas suele llegar días antes del espectáculo y quedarse varios días después, beneficiando así a hoteles, restaurantes, servicios de transporte y comunidades locales. Insistió en que, aunque aún hay retos, hay posibilidades de que continúe el concert tourism en la isla.

“Lo que queremos en este caso es responder el cómo podemos, desde el país, proponer una programación sostenida de este tipo de residencias que nos sirva como algo consistente, para generar empleo y para sostener esta industria”, detalló Ortiz Luquis.

Otro estudio, titulado 2025 Is the Year Live Tourism Becomes Unstoppable, publicado por la empresa Skift, sostiene que el turismo ya no gira solo en torno a visitar monumentos o paisajes icónicos, sino a vivir momentos irrepetibles junto a miles de personas. Destaca que los asistentes a conciertos alrededor del mundo gastaron un promedio de $1,300 adicionales por presentación, sin contar el costo del boleto. Esto incluye vuelos, estadías en Airbnbs, comidas y encuentros temáticos.

Proyectaron, además, que el mercado global de la música en vivo crecerá en más de $35,000 millones entre 2023 y 2028, con una tasa de crecimiento anual del 17 %.

El vicepresidente de Asuntos Industriales de Discover Puerto Rico, Ricardo Cortés Chico, confirmó que el fenómeno del gig-tripping está en alza y que el país combina modalidades emergentes del turismo de forma simultánea.

Mencionó que una encuesta de Future Partners a 2,170 viajeros estadounidenses reflejó que “el 42 % de ellos dicen que sienten un interés […] por este tipo de viajes. Eso es bastante alto. Es una de las modalidades, ahora mismo, más alta”.

¿Pero cuáles son los retos?

Los profesores coincidieron en que, además del entusiasmo que despierta el concert tourism, también es necesario pensar en cómo se planifican, documentan y reinvierten estos esfuerzos para así establecerse de forma exitosa.

Ortiz Luquis destacó que “lo primero aquí, y más importante, es documentar bien todo esto. Que se documente de forma clara el impacto económico, social y cultural que va a tener un evento de este tipo”. A partir de esos datos, señaló que podrían surgir ideas a largo plazo.

“Se puede pensar en fondos para reinvertir en proyectos culturales, en becas para artistas o residencias, otras becas culturales que se activen en circunstancias de gastronomía, artes urbanas, estudios de grabación, talleres musicales, para que el turista también pueda experimentar de primera mano lo que es nuestra música o nuestra cultura”, abundó la profesora.

Gudiño Cabrera también insistió en la necesidad de observar con detenimiento los resultados concretos del evento, identificar las áreas de mejora y establecer un marco replicable para iniciativas similares en el futuro.

“La documentación es importante. […] Pero aquí estamos hablando de planificación y coordinación con entidades gubernamentales, estamos hablando también del elemento del alojamiento”, expresó.

A modo de ejemplo, explicó que la residencia “la hicieron en un periodo que le llamamos low season (temporada baja) en Puerto Rico”, lo que ofrece un valor añadido.

Agregó que toda planificación de este tipo debe contemplar los efectos que tendrá sobre la infraestructura pública, especialmente en lo relacionado con el transporte, la logística de alojamiento y la seguridad.

El profesor planteó que este evento puede convertirse en un modelo de referencia para otras iniciativas similares, incluso fuera del área metropolitana.

“Es muy importante que haya una planificación concertada dentro del equipo de producción y que haya ya este precedente. Este fue nuestro estudio de casos y así es como lo podemos replicar, podemos mejorarlo, podemos hacerlo también fuera de la red metropolitana”, concluyó.

Por su parte, Cortés Chico reconoció retos estructurales para capitalizar plenamente la tendencia, como la limitada entrada de turistas internacionales por la lentitud en la emisión de visas por parte del Departamento de Estado federal.

“Para que alguien entre aquí tiene que pasar por inmigración estadounidense. Ahora mismo, el Departamento de Estado está bien lento emitiendo visas de turistas. […] Una persona puede pasar un año en lo que se sienta frente al señor de inmigración para que lo entrevisten a ver si puede entrar. Eso definitivamente es un reto”, explicó.

Mientras, el economista Heriberto Martínez Otero consideró que si se documenta el impacto, se podrían generar fondos de reinversión cultural y becas para artistas locales. Explicó que todo recaerá en las redes sociales: si el visitante tiene una experiencia positiva, ese testimonio se viraliza. Pero si la experiencia es negativa, el impacto reputacional puede ser irreversible.



Source link

RELATED ARTICLES

Noticias mas leidas