El Departamento de Estado de Estados Unidos comenzó este viernes el despido de más de 1,300 empleados como parte de una profunda reestructuración promovida por la administración del expresidente Donald Trump, una medida que ha generado duras críticas por su posible impacto en la capacidad diplomática y de seguridad internacional del país.
Según confirmó un alto funcionario bajo condición de anonimato, se emitieron notificaciones de despido a 1,107 empleados civiles y 246 funcionarios del servicio exterior con asignaciones domésticas. Los diplomáticos afectados serán puestos en licencia administrativa por 120 días antes de perder oficialmente sus empleos, mientras que los civiles tendrán un periodo de separación de 60 días.
“En conexión con la reorganización departamental… el Departamento está simplificando sus operaciones domésticas para enfocarse en prioridades diplomáticas”, señala la notificación interna obtenida por Associated Press. La reestructuración apunta a eliminar funciones consideradas no esenciales, duplicadas o susceptibles a consolidación.
El plan ha sido respaldado por Trump, el secretario de Estado Marco Rubio y líderes republicanos, quienes lo describen como un paso necesario para agilizar y modernizar la agencia. No obstante, exdiplomáticos y analistas han advertido que la reducción de personal debilitará seriamente la capacidad del país para responder a amenazas emergentes y ejercer liderazgo internacional.
Los despidos se producen en el marco de un esfuerzo más amplio de la Casa Blanca para redimensionar el gobierno federal. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), con más de seis décadas de existencia, fue absorbida por el Departamento de Estado la semana pasada, luego de recortes significativos en los fondos para asistencia exterior.
Una reciente decisión del Tribunal Supremo allanó el camino legal para ejecutar los despidos, aunque varias demandas impugnando la constitucionalidad del proceso aún están pendientes.
En una carta enviada al Congreso en mayo, el Departamento había anunciado su intención de reducir en un 18% su plantilla de más de 18,700 empleados en EE.UU., combinando despidos con salidas voluntarias y programas de retiro diferido.