A medida que la inteligencia artificial (IA) transforma las industrias y los puestos de trabajo a una velocidad vertiginosa, los países de todo el mundo están respondiendo con políticas para preparar tanto a los trabajadores actuales como a los graduados del futuro.
Un estudio reciente de la Universidad de Georgia analizó las estrategias nacionales de IA en 50 países para evaluar cómo los gobiernos priorizan la educación en esta tecnología y la preparación de la fuerza laboral.
Niveles variables de compromiso nacional
La investigadora Lehong Shi y su equipo evaluaron seis indicadores clave, entre los que se incluyen los objetivos del plan, ejemplos de proyectos, mecanismos de apoyo, métricas de éxito y calendarios, para clasificar el compromiso de cada país con el desarrollo de la fuerza laboral en IA como alto, medio o bajo. Solo 13 países obtuvieron una clasificación de alta prioridad. Once de ellos eran europeos, siendo México y Australia los únicos países no europeos en ese nivel superior. Por el contrario, Estados Unidos cayó en la categoría de prioridad media, lo que indica un enfoque menos sólido en comparación con los líderes mundiales.
El papel crucial de las habilidades sociales
Si bien las competencias técnicas son esenciales para una fuerza laboral impulsada por la IA, los elementos humanos como la creatividad, la colaboración y la comunicación siguen siendo insustituibles. Shi destaca que “las habilidades sociales humanas […] no pueden ser sustituidas por la IA”, pero señala que estas solo se incluyen de forma esporádica en las estrategias nacionales. El fortalecimiento de dichas habilidades será vital para garantizar que la fuerza laboral siga siendo relevante y adaptable a medida que evoluciona la IA.
Educación a lo largo de toda la vida
A pesar de las diferencias en cuanto a prioridades, hay países que comparten objetivos comunes. Casi todos aspiran a establecer o mejorar los programas universitarios de IA, y la mayoría también integra conceptos de IA en los planes de estudios de primaria y secundaria. Más de la mitad de los países apoyan la formación en el puesto de trabajo, las prácticas y el aprendizaje específico del sector. Algunos incluso llevan el aprendizaje permanente más allá, como se ve en Alemania, que fomenta una cultura de curiosidad por la IA, y en España, que introduce el aprendizaje de la IA ya en la educación preescolar. Sin embargo, son relativamente pocas las políticas dirigidas a las poblaciones vulnerables, como las personas mayores o los desempleados.