Thursday, July 17, 2025
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Estudiantes en Puerto Rico optan por carreras de salud

Biología, Enfermería y Psicología se posicionan como las carreras más atractivas para estudiantes admitidos en las principales universidades del país, de acuerdo con datos provistos por las propias instituciones.

En el sistema de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el Bachillerato en Ciencias con concentración en Biología fue el programa más solicitado, seguido por Ingeniería Mecánica, Ingeniería Civil y Contabilidad. Mientras, la Universidad Interamericana de Puerto Rico (UIPR) reportó como programas más populares Biología, Enfermería, Psicología, Justicia Criminal y el grado asociado en Enfermería en modalidad en línea.

En la Universidad del Sagrado Corazón (USC), las carreras más concurridas fueron Enfermería a distancia, Producción Audiovisual, Diseño de Modas, Periodismo y Ciencias Biomédicas, abarcando desde las ciencias de la salud hasta las industrias creativas. Por su parte, en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, el programa con más estudiantes admitidos fue el Doctorado en Psicología Clínica, seguido por Derecho diurno y nocturno, Trabajo Social Clínico, Psicología Escolar y Patología del Habla y Lenguaje.

Retos al escoger carrera universitaria

Más allá de los intereses académicos, el proceso de selección de carrera implica múltiples desafíos. Así lo explicó Lucilo Salas, consejero profesional licenciado del Departamento de Educación (DE), quien identificó la falta de autoconocimiento como una de las principales barreras.

“Tiene que ver con quiénes son ellos, lo que desean, cuáles son sus fortalezas y cuáles son las áreas que deben trabajar relacionadas también hacia ellos y hacia las profesiones”, sostuvo Salas.

Este añadió que hay jóvenes que desconocen los requisitos para ingresar a la universidad y las oportunidades reales que ofrecen las carreras que consideran. “También hemos encontrado que desconocen cuáles son las áreas que se necesitan tener desarrolladas y a desarrollar en ciertas profesiones para poder ver si pueden elegir esa carrera como una opción”, indicó.

Otro factor clave es la presión económica. Hay quienes optan por carreras cortas que les permitan generar ingresos en el corto plazo. También, influyen las opiniones de familiares, amistades o redes sociales.

“Ellos desean estudiar, muchas veces, algo corto que les dé más dinero porque necesitan ingresos inmediatos. […] También están las influencias externas que dicen: ‘No estudies tal profesión porque ya hay demasiadas personas trabajando en eso. No estudies tal profesión porque te vas a morir de hambre”, expresó.

El temor a equivocarse es frecuente. “Ellos desean, según la experiencia, tener su futuro ya resuelto cuando están graduándose de escuela superior”, agregó Salas, al señalar que hay alumnos que no entienden que se trata de un proceso que puede implicar ajustes y fracasos.

La incertidumbre laboral también influye, especialmente tras los cambios provocados por la pandemia del COVID-19. “El mercado laboral se movió a ser uno más digital, con nuevos retos”, explicó el consejero.

Ese giro ha despertado nuevo interés por profesiones técnicas como plomería, barbería o mecánica. “Se está evidenciando que estas profesiones técnicas están generando más ingresos que, muchas veces, estas profesiones de muchos estudios, como la medicina”, aseguró.

Vocación y género: patrones emergentes

En cuanto a las tendencias por género, Salas observó que hay mujeres jóvenes que siguen optando por medicina o microbiología, pero también incursionan en áreas como mecánica y justicia criminal. En el caso de los varones, predomina el interés por ingeniería, barbería, artes culinarias y administración de empresas, particularmente en mercadeo y recursos humanos.

La orientación debe comenzar antes

Salas enfatizó que el proceso de orientación vocacional no debe comenzar en cuarto año de escuela superior, como suele ocurrir, sino desde grados más tempranos. A su juicio, es fundamental que las escuelas, las familias y el gobierno lo reconozcan así para que el estudiantado tenga tiempo de explorar sus intereses con apoyo adecuado.

“Ese proceso de toma de decisión no comienza en cuarto año. Yo creo que eso es algo que las escuelas, las familias y el gobierno tienen que tener bien claro”, subrayó.

El experto planteó que las visitas a universidades, charlas y pruebas de intereses deben incorporarse desde noveno grado, con acompañamiento familiar. “Qué bonito es que un padre visite con su hijo las universidades, que se preocupe también por que su hijo tome buenas decisiones basado en lo que ellos quieren y no en lo que los padres desean”, añadió.

De cara al futuro, Salas recalcó la urgencia de adaptar el currículo a las exigencias de un mercado laboral global, tecnológico e interconectado.

“La educación también se tiene que mover hacia eso: que sea más virtual, que integre otros sistemas educativos donde el estudiante pueda ver más allá de su país y descubrir otras oportunidades”, concluyó.



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