El Gobierno palestino y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) condenaron este jueves el bombardeo del Ejército de Israel contra la Iglesia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica en Gaza, que dejó al menos dos muertos y varios heridos.
El Ministerio de Exteriores palestino calificó el hecho como “un crimen” y aseguró que se enmarca en el “genocidio perpetrado por la ocupación contra todas las formas de vida humana en Gaza, incluidos los ataques deliberados contra lugares de culto, hospitales, escuelas y refugios”.
En un comunicado divulgado en X, el Ministerio instó a la comunidad internacional a proteger al pueblo palestino y a los lugares sagrados, tanto cristianos como musulmanes, en Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén Este. Además, exigió el cese inmediato de los ataques israelíes.
Hamás afirmó que el ataque constituye “un nuevo crimen contra los lugares de culto y los desplazados inocentes” y lo describió como parte de una “guerra de exterminio contra el pueblo palestino”, según recogió el diario Filastin.
GAZA
Parish priest Fr. Gabriel Romanelli IVE being treated today after Israel hit Holy Family Catholic Church
The church was damaged and parishioners were also injured pic.twitter.com/QMk2mAsR12
— Catholic Arena (@CatholicArena) July 17, 2025
El Patriarcado Latino de Jerusalén confirmó que el sacerdote Gabriel Romanelli, vinculado al fallecido Papa Francisco, resultó herido. Romanelli había mantenido contacto regular con el pontífice durante la ofensiva. “La iglesia ha sufrido daños”, añadió el Patriarcado en un comunicado publicado en Facebook.
En respuesta, el papa León XIV expresó su “profunda tristeza” por la pérdida de vidas y los heridos y reiteró su llamado a un “alto el fuego inmediato” en la Franja de Gaza, según un telegrama firmado por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
El Ejército israelí, por su parte, reconoció que está al tanto de los reportes sobre los daños a la iglesia y las víctimas en el lugar, y aseguró que el incidente está bajo investigación.
La ofensiva israelí sobre Gaza comenzó tras los ataques del 7 de octubre de 2023, que dejaron unos 1,200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según cifras del Gobierno israelí. Desde entonces, según autoridades del enclave controlado por Hamás, han muerto cerca de 58,600 palestinos, aunque se teme que el número real sea más alto.