Thursday, July 17, 2025
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Puerto Rico es mucho más que Bad Bunny: talento, negocios y vida en la isla

En estos meses, Puerto Rico ha capturado la atención internacional como consecuencia de la histórica residencia artística de Benito Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny, cuyo impacto trasciende la música y el espectáculo. Conciertos multitudinarios, una vibrante escena urbana y un flujo constante de turistas y celebridades han resaltado la posición de la isla en el mapa global como un epicentro del espectáculo artístico. Pero aunque se celebre este momento, es definitivamente necesario hacer una pausa y recordar algo fundamental: Puerto Rico es mucho más que un destino de entretenimiento. Es una cuna de talento, un país de gente brillante, resiliente y creativa, y un espacio fértil para la innovación, los negocios y la vida en comunidad.

Una vitrina global… ¿pero completa? La narrativa dominante —impulsada por la figura de Bad Bunny— nos presenta a Puerto Rico como la meca del reguetón, del arte urbano, del calor caribeño. Y esa narrativa no es errónea. Pero sí es incompleta. Porque si bien el fenómeno cultural actual nos ha dado visibilidad, corre el riesgo de encasillar nuestra identidad en un solo plano. Puerto Rico no solo exporta música. También exporta ingenieros, médicos, científicos, artistas plásticos, cineastas, diseñadores, educadores y atletas olímpicos. Es hogar de emprendedores que innovan desde sus comunidades y de profesionales que compiten y se destacan en mercados internacionales sin tener que salir de la isla.

Talento que no necesariamente se ve… pero existe

En cada rincón del archipiélago, hay ejemplos de excelencia silenciosa. Hay estudios de arquitectura diseñando para firmas en Nueva York y Berlín. Hay compañías tecnológicas en Guaynabo y Bayamón que operan en mercados de Latinoamérica. Hay artistas visuales exponiendo en ferias internacionales. Y hay un ecosistema emergente de startups, incubadoras y redes de inversión que ven en Puerto Rico un espacio estratégico para crecer.

Lo que falta no es talento: es proyección estructurada. Aún estamos a tiempo de expandir la mirada del mundo hacia una narrativa más completa, donde se reconozca que Puerto Rico no es solo escenario de espectáculos, sino también laboratorio de ideas, hub de comercio y plataforma de vida profesional y familiar.

Oportunidades reales para vivir y hacer negocios

La isla ofrece algo que pocas jurisdicciones pueden: la energía cultural del Caribe combinada con una estructura legal y comercial vinculada a los Estados Unidos. Desde incentivos para empresas hasta conexiones con mercados globales, Puerto Rico tiene las condiciones para convertirse en un centro estratégico de innovación y negocios. Lo que hace falta es integrar esa visión en el mismo relato que hoy nos posiciona como un “destino”. No queremos ser solo un escenario de paso, sino una sede permanente para la inversión de tiempo, talento y capital humano.

Un llamado a proyectar una narrativa más completa

No se trata de restarle valor al impacto de la residencia de Bad Bunny. Todo lo contrario: su figura ha sido catalizadora y nos brinda la oportunidad de entender mejor el potencial que tenemos como isla compuesta de gente buena con un potencial incalculable. Es ahora que debemos construir sobre esa atención para presentar todo lo que somos; mostrarle al mundo que el mismo lugar que produce íconos globales también forma líderes, inventores, investigadores y emprendedores. Que además de música hay ciencia. Que además de baile hay estrategia. Que, en resumen, Puerto Rico es una isla donde se puede venir a disfrutar, pero también a construir. Como bien solemos decir: ¡De Puerto Rico, pa’l mundo!

La cultura nos abrió la puerta. Ahora es momento de cruzarla con todo lo demás que tenemos que ofrecer.

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