Una nueva tecnología satelital permite detectar embarcaciones que realizan pesca ilegal y ha demostrado que las zonas marinas protegidas son efectivas para desalentar estas prácticas, reveló la revista Sciencey.
“Uno de los problemas con la actividad en el mar es que es difícil saber lo que están haciendo los barcos”, a pesar de que la mayoría de las embarcaciones industriales cuentan con el Sistema de Identificación Automática (AIS), muchas lo desactivan cuando quieren evitar ser detectadas, explicó el ecólogo marino Enric Sala en una entrevista con la agencia EFE.
El estudio representa un avance pionero en la detección de pesca ilegal dentro de áreas marinas protegidas (AMP). La investigación combina datos de geolocalización del AIS con imágenes del satélite europeo Sentinel-1, recopiladas durante cinco años (2017–2021), para identificar buques operando en zonas prohibidas.
Detectar la “flota oscura”
La mayoría de los buques de pesca industrial llevan, por su propia seguridad, el sistema AIS o el Sistema de Seguimiento de Buques (VMS por sus siglas en inglés), pero hay sospechas fundadas de que algunas embarcaciones lo desconectan cuando no quieren que se sepa dónde están.
“Los capitanes lo apagan cuando van a realizar actividades ilegales y, en algunos casos, transmiten coordenadas falsas para mostrar que están en otro sitio; es lo que llamamos la flota oscura,” señala Sala, investigador de la Fundación National Geographic.
Gracias a las imágenes satelitales se pudo identificar todas las embarcaciones de más de 15 metros y dejaron en evidencia a quienes pescan en zonas ilegales. “Los malos ya no se pueden escapar”, afirmó Sala con contundencia.
Resultados globales
El análisis abarcó 1.380 áreas marinas protegidas (AMP) en todo el mundo, donde la pesca comercial está prohibida. La revisión de más de 5.000 millones de posiciones AIS reveló que en el 78,5 % de esas zonas no se registró actividad pesquera.
Sin embargo, el 21,5 % restante mostró indicios de pesca ilegal, especialmente de Chinay Corea del Sur, donde la pesca industrial persiste a gran escala pese a las restricciones. “Los ministerios de Pesca ya no tienen excusa para no perseguir la pesca ilegal”, advirtió Sala, ya que “los datos satelitales permiten identificar las embarcaciones y sancionarlas”.
De haberse utilizado únicamente el sistema AIS, hasta el 90 % de las embarcaciones ilegales no habrían sido detectadas, explicó Juan Mayorga, coautor del estudio y científico de la organización Pristine Seas.
“El océano ya no es demasiado grande para vigilarlo. Gracias a los satélites de última generación y a la inteligencia artificial, estamos haciendo visible la pesca ilegal”, señaló Mayorga.
Con la ayuda de los avances tecnológicos el equipo ahora busca ampliar el alcance de la vigilancia para incluir barcos menores a 15 metros.
Una amenaza a escala global
La pesca ilegal es una amenaza mundial: compromete la salud de los océanos y la sostenibilidad de la industria pesquera. Las investigaciones confirman que las AMP con fuerte protección restauran la biodiversidad marina, mejoran la pesca en zonas adyacentes, generan empleos, y fortalecen la resiliencia frente al cambio climático.
Pero cuando estas áreas están pobremente reguladas o carecen de control, los beneficios prácticamente desaparecen.
bt (EFE, National Geographic, Science)