Conscientes del riesgo creciente que representa el carfentanilo y otras sustancias altamente tóxicas en entornos clínicos, el Colegio de Tecnólogos Médicos de Puerto Rico (CTMPR) completó hoy, sábado, un adiestramiento intensivo sobre el nuevo protocolo de bioseguridad y manejo clínico, conforme a las directrices actualizadas del Departamento de Salud.
La presidenta del CTMPR, Bárbara Surillo Trautmann, subrayó que este adiestramiento llega en un momento crítico, en el que la exposición accidental a sustancias como el carfentanilo –potente opioide sintético hasta 10 mil veces más fuerte que la morfina– representa un peligro real para los profesionales de laboratorio.
“Hoy capacitamos a nuestros tecnólogos médicos para responder con precisión y sin margen de error ante situaciones de alto riesgo biológico. La manipulación de muestras contaminadas con opioides sintéticos requiere protocolos reforzados, entrenamiento riguroso y tecnología adecuada. No se trata solo de cumplimiento, se trata de salvar vidas, incluso las nuestras”, expresó la licenciada.
La presidenta del Colegio agradeció también al secretario de Salud, Víctor Ramos Otero, por su colaboración activa en este esfuerzo.
“El respaldo del doctor Ramos ha sido fundamental. Agradecemos su visión clara sobre la importancia de proteger al personal de laboratorio y su compromiso con mantenernos actualizados frente a amenazas emergentes. Su apertura al diálogo técnico y su liderazgo han hecho posible esta actualización”, indicó Surillo Trautmann.
La conferencia fue dictada por el doctor Eduardo Zavala, quien también es director de prevención de opiodes e investigador principal. Zavala presentó un protocolo actualizado –disponible en el portal del Departamento de Salud (www.salud.pr.gov/CMS/665)– que incorpora nuevas medidas, incluyendo lo siguiente:
- Protocolos especiales para el manejo de muestras sospechosas de contaminación con opioides sintéticos como el carfentanilo.
- Procedimientos mejorados de descontaminación de áreas y equipos.
- Requisitos estrictos sobre el uso y retiro del equipo de protección personal (EPP).
- Acceso inmediato a dispositivos de emergencia como naloxona en laboratorios clínicos.
Desde la perspectiva de salud pública, este esfuerzo representa un paso decisivo para proteger a los más de 4,300 tecnólogos médicos activos en la Isla y fortalecer la capacidad diagnóstica y de respuesta ante emergencias químicas o biológicas.
“La tecnología médica no es solo análisis. Es ciencia aplicada con consecuencias humanas. Es nuestra responsabilidad estar preparados para el peor escenario, desde una bacteria resistente hasta una muestra contaminada con carfentanilo. Este adiestramiento marca una nueva etapa en la bioseguridad clínica de Puerto Rico”, concluyó Surillo Trautmann.