El veterano estratega político demócrata James Carville, reconocido por su papel clave en la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992, afirmó en entrevista con Fox News que, si el Partido Demócrata recupera el control del Congreso, debería actuar de forma unilateral para admitir a Puerto Rico y a Washington D.C. como estados de Estados Unidos.
Carville señaló que la Constitución otorga al Congreso el poder de legislar sobre las elecciones federales, y planteó que los demócratas podrían utilizar esa facultad para avanzar la estadidad sin depender de acuerdos bipartidistas.
“Van a tener que añadir unilateralmente a Puerto Rico y al Distrito de Columbia como estados… El Congreso sí tiene el poder sobre las elecciones federales. Puede que no puedan redibujar distritos, pero van a tener que hacerlo. Simplemente van a tener que hacerlo”, expresó Carville, sugiriendo además que podrían ampliar la Corte Suprema a 13 jueces.
Conocido como “el Ragin’ Cajun”, Carville ha sido una figura influyente en la política estadounidense por más de tres décadas, asesorando a candidatos demócratas y participando como analista político en cadenas como CNN y MSNBC.
El peso político de la estadidad
En Estados Unidos, tanto la admisión de Puerto Rico como la de Washington D.C. se percibe y se discute como un cambio que podría fortalecer al Partido Demócrata. Esto ha motivado oposición entre líderes republicanos, quienes ven en estas propuestas una amenaza a su poder en el Senado y la Cámara de Representantes. De hecho, el programa de gobierno del Partido Republicano en el 2024 dejó de hacer referencia a la estadidad para Puerto Rico. En el 2018, el entonces gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló hizo un reclamo en Casa Blanca hacia Donald Trump en favor de la estadidad, a lo que el presidente en su primer término respondió en tono de broma: “Ricardo nos va a garantizar dos senadores republicanos”.
En el caso de Puerto Rico, el debate interno sigue dividiendo opiniones. En el plebiscito del 2020, un 52.5% de los votantes favoreció la estadidad, mientras que un 47.5% se expresó en contra. Sin embargo, la participación fue de apenas el 55% del electorado. En el del 2024, los resultados oficiales ubican a la estadidad con un 56.8% de los votos, pero reportó la agencia EFE en aquel momento que al tomar en consideración las papeletas votadas en blanco se reduce a un 47.6 %, lo que plantea un país dividido sobre el tema del estatus.
El Congreso federal durante el cuatrienio pasado, controlado en ese momento por demócratas en la Cámara y republicanos en el Senado, no actuó sobre los resultados de la consulta del 2020.
Las expresiones de Carville reavivan la discusión sobre si un cambio en la correlación de fuerzas en Washington podría traducirse en acciones concretas para alterar el estatus político de la isla.