La industria gamer está enfrentando una crisis silenciosa que podría cambiar su futuro para siempre. Un reciente análisis, de Circana, ha revelado que los jóvenes de entre 18 y 29 años están comprando cada vez menos videojuegos. Lo que a primera vista podría parecer un simple cambio de gustos, en realidad es un síntoma de un problema mucho más profundo: el deterioro del poder adquisitivo y la falta de empleo. Es un grito de alerta para una industria que, hasta ahora, parecía inmune a los vaivenes económicos.
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El dilema de la industria: ¿Por qué los jóvenes ya no consumen videojuegos?
El informe, que analizó los hábitos de compra de millones de usuarios, encontró una correlación directa entre el consumo de videojuegos y la situación laboral. Los jóvenes, que tradicionalmente han sido el motor principal de la industria, están reduciendo drásticamente su gasto en juegos nuevos de precio completo.
La razón es simple: si el dinero escasea, un videojuego de 70 dólares o más se convierte en un lujo inalcanzable. El gaming sigue siendo una pasión, pero una a la que muchos ya no pueden destinar una parte de su presupuesto.
Los datos no mienten: La crisis económica y el desempleo juvenil
Las cifras hablan por sí solas. Según un análisis de la industria, el consumo de videojuegos premium ha caído un 8% entre los jóvenes de la región en el último año. Este dato coincide con los informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que muestran un aumento en el desempleo juvenil de hasta un 15% en las economías en desarrollo. En este contexto, la decisión de no comprar un nuevo videojuego es una necesidad, no una elección.
El fenómeno ha llevado a muchos jóvenes a buscar alternativas más económicas, lo que a su vez está redefiniendo el mercado.
El dilema de la industria: El consumo de videojuegos se desploma en la Generación Z
El informe de la firma de investigación Circana revela una caída notable en la compra de videojuegos, especialmente entre los jóvenes de la Generación Z.
Mientras que el gasto de los gamers mayores de 25 años cayó un 5%, la cifra para el grupo de 18 a 24 años se desplomó un impresionante 25% entre enero y abril de este año en comparación con el año anterior. Los videojuegos encabezan el ranking con el mayor descenso interanual en la categoría de entretenimiento, superando la caída de otros rubros. La razón es simple: si el dinero escasea, un videojuego de 70 dólares o más se convierte en un lujo inalcanzable.
La “tormenta perfecta”
Todo apunta a una “tormenta perfecta” de obstáculos financieros que explican este fenómeno:
- Falta de empleo: La dificultad para encontrar y mantener un trabajo estable es uno de los principales factores, lo que limita drásticamente el presupuesto para el ocio.
- Deudas estudiantiles: El regreso de los pagos de préstamos estudiantiles, después de la moratoria por la pandemia, ha significado un golpe duro para las finanzas de muchos jóvenes.
- Aumento en la morosidad: Las tasas de morosidad en tarjetas de crédito han aumentado, siendo más pronunciadas en el grupo de 18 a 29 años.
Esta situación es atípica, ya que los jóvenes, que normalmente tienen menos obligaciones financieras que los adultos, se están viendo obligados a restringir drásticamente sus gastos en entretenimiento. El gaming sigue siendo una pasión, pero una a la que muchos ya no pueden destinar una parte de su presupuesto.
La nueva era gamer: Hacia dónde va el consumo de videojuegos
La industria está respondiendo a este cambio de hábito con modelos alternativos. La tendencia ha generado un auge de los servicios de suscripción como Xbox Game Pass o PlayStation Plus, donde los jugadores pueden acceder a un catálogo de cientos de títulos por una tarifa mensual mucho más asequible.
De igual forma, el modelo free-to-play, con juegos que son gratis pero tienen microtransacciones, ha visto un aumento en su popularidad, ya que permite a los usuarios disfrutar de un título sin tener que pagar por él de entrada. El futuro del gaming no está en las ventas individuales, sino en el acceso y la experiencia continua.