Rockstar y los retrasos son casi un género propio. Tras mover GTA 6 de otoño de 2025 al 26 de mayo de 2026, Strauss Zelnick insiste en que esta vez sí llegan. Aun así, la misma entrevista en la que jura confianza también admite que el estudio tiene más juegos en el horno.
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Con ese antecedente, el fantasma del “otro retrasito” vuelve a rondar a la saga más importante del mundo abierto.
Qué dijo Zelnick y por qué suena a calma… tensa
En CNBC, el CEO de Take-Two fue directo: su nivel de convicción con la fecha “es muy, muy alto”. Reivindicó la filosofía de Rockstar de elevar expectativas y superarlas y volvió a la idea de la “perfección”: no van a cantar victoria antes de tiempo, primero deben “entregar algo excelente” y dejar que el público hable.
El mensaje suena bien, pero también es la misma narrativa de siempre cuando un juego necesita meses extra de pulido. Si conoces el historial del estudio, sabes que las ventanas de lanzamiento son, cuanto menos, flexibles.
El calendario que ya se estiró (y podría hacerlo otra vez)
De partida, ese “otoño de 2025” que sonó fuerte nunca habría estado realmente fijado, según reportes. Lo que sí está escrito es el salto a mayo de 2026, oficialmente para pulir y perfeccionar. ¿Basta ese margen? Tal vez.
Pero las superproducciones de Rockstar son ecosistemas enormes en los que cada decisión técnica repercute en diseño, arte, física, online y narrativa. Un ajuste tarde en producción puede desordenar todo el dominó.
Por eso, que el equipo se tome más tiempo no sería sorprendente… y tampoco necesariamente malo.
El resto del menú en Rockstar no ayuda a despejar dudas
Zelnick reconoció que GTA 6 es el foco principal, aunque no el único. Sobre la mesa hay rumores persistentes de una remasterización de GTA IV, nuevas versiones de Red Dead Redemption II (tanto para la futura Switch 2 como para PS5 y Xbox Series) y la colaboración con Remedy en los remakes de Max Payne 1 y 2.
Nada de esto está confirmado con fechas, pero son proyectos que consumen talento y horas. Por más que haya equipos separados, la competencia interna por recursos en un estudio de este tamaño nunca es trivial.
Por qué un nuevo retraso importaría más allá del fandom
El movimiento a 2026 ya golpeó la proyección de la industria para 2025, un año que esperaba a GTA 6 como el gran salvavidas comercial. Sin él, el “peso pesado” lo cargan otros dos shooters de siempre: Call of Duty: Black Ops 7 y Battlefield 6, que coincidirán por primera vez en media década.
El empuje económico de GTA es difícil de reemplazar: Take-Two calcula 40 millones en el primer año, y la versión de PC llegaría después, generando un segundo ciclo de ventas. Si el juego se aplaza otra vez, ese oxígeno se corre con él.
Señales a seguir de aquí a mayo de 2026
Lo primero es el ritmo de comunicación. Si Rockstar entra en modo silencio total, mal síntoma; si asoma con tráilers, diarios de desarrollo o beats concretos, mejor.
Lo segundo es el estado de los “otros” proyectos: si empiezan a asomar fechas o campañas de marketing para remasters y versiones next-gen, podría significar que GTA absorbe menos foco del esperado.
Y lo tercero es la calidad de los materiales mostrados: cuando Rockstar enseña algo, por lo general ya está muy cerrado. Si lo que se ve huele a final, la fecha se vuelve más creíble.
¿Se viene otro aplazamiento?
La respuesta honesta es que nadie fuera de Rockstar lo sabe. Zelnick transmite seguridad, pero la historia nos enseñó a tomar esas promesas con una pizca de escepticismo.
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Lo que sí es casi seguro es que, cuando salga, GTA 6 será “el” evento del entretenimiento, y el pulido adicional que hoy desespera mañana se notará en cada esquina del mapa. El dilema de siempre: ¿prefieres llegar antes o llegar mejor?