El fiscal general de Washington D.C., Brian Schwalb, presentó este viernes una demanda ante los tribunales para frenar la orden ejecutiva firmada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que impone el control federal sobre la Policía local.
“Es la amenaza más grave a la que se ha enfrentado la autonomía del Distrito de Columbia y vamos a luchar para frenarla”, declaró Schwalb, acusando a la Administración Trump de “abuso de poder”. “El poder del Gobierno Federal sobre D.C. no es absoluto”, añadió en un comunicado.
El fiscal subrayó que en más de medio siglo ningún presidente había adoptado una medida de tal magnitud sin el aval del Ayuntamiento local, dominado por el Partido Demócrata. Consideró que la orden es “una afrenta a la dignidad y la autonomía de 700,000 estadounidenses” y que pone en riesgo la seguridad de residentes y visitantes en la capital.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, nombró el jueves al director de la Administración para el Control de Drogas (DEA), Terry Cole, como nuevo comisionado de la Policía de Washington, en cumplimiento de la orden que Schwalb tacha de “flagrantemente ilegal”.
La medida coincide con el despliegue de cientos de efectivos de la Guardia Nacional, que Trump justifica como necesaria para frenar una criminalidad supuestamente elevada. Sin embargo, la alcaldesa Muriel Bowser sostiene que no existen datos oficiales que respalden esa afirmación.